Marina Lalli tiene su clínica dental en una de las ciudades gallegas más importantes, A Coruña, capital de la provincia del mismo nombre. Su segundo apellido es famoso en el mundo, Beretta, pues su abuelo era de la familia de Brescia, Italia, que producen la pistola Beretta en sus distintos modelos. Pero vamos a ver cómo esta odontóloga argentina, con apellido también famoso en esta especialidad médica, nos habla de sus raíces bonaerenses y porteñas
A ver Marina… que esto nos lo tienes que explicar con más detalles…
Es que soy hija de dos familias de diferentes actividades, los Beretta, empresarios y los Lalli Bardesono Renault, gente de campo. Dos formas de ser y pensar diferente. Mi abuelo Beretta se vino de Italia, su padre era hermano del dueño de la fábrica de armas Beretta, con su pistola tan famosa. Su padre era pacifista, y como no quería pertenecer a una familia que tuviese una empresa de armas, llegaron a la Argentina cuando él tenía nueve años. Hizo de todo, hasta que finalmente montó la empresa de mudanzas internacionales Juan Beretta, que trabajo en exclusividad para las embajadas americana y japonesa, por ejemplo, o para Antoniacci Chiappe. Hoy en día la manejan mis primos. Están en la calle Mariscal Sucre al 1000 de Buenos Aires.
Los industriales y empresarios… ahora nos vamos al campo
Es la familia de mi padre, con mucho dinero pero dependiendo siempre de las inclemencias del clima, como estancieros bonaerenses, con campos por Escobar. Mi abuelo José Félix Lalli, era presidente de la bolsa de cereales de Argentina. Mi abuela Bardesono Renault tenía muchas tierras.
Pero Marina Susana Graciela Lalli Beretta… ¿Dónde nació?
Nací en Palermo, barrio clásico de Buenos Aires. Vivía en una casona enorme con parques, vitraux, puertas cancel… ¡Qué épocas! Muy elegante todo, allá por calle República de la India y Seguí, frente a la jaula de las águilas del parque zoológico de Palermo, jaja! Por eso creo que puedo ser guía turística hoy inclusive y mi pasión por los animales hizo que fuera todos los días al zoo.
¿Qué hacías… qué recuerdos atesoras de esos años?
Aprendí a patinar y a andar en bicicleta en Plaza Francia y los parques de Palermo. En una finca de fin de semana en Escobar pasé mis mejores momentos. Tenía mi caballo preferido allí, era una petiza, Anahí, de polo tobiana que me regalo mi abuelo Lalli. Salía a cabalgar desde los cuatro hasta los treinta y seis años todos los domingos, con mi padre y un amigo de él. Anahí vivió hasta mis cuarenta años, todo un record.
Me imagino esos fines de semana en Escobar…
Si, además teníamos casas en el delta del Paraná, a orillas del río Lujan. Es una casita que tenía mi padre de soltero, se llama “La garufa” ¡Jaja! especial para vos que sos tanguero.
Si te doy a elegir… de campo o de ciudad
Soy de campo de acaballo, de rio, no me gusta la ciudad, ninguna. Solo un poquito, para ir al teatro y ver espectáculos, claro los musicales de Broadway, que son mi pasión. La música, el ballet clásico, el cine y la literatura me pierden. Tengo que decir que mi madre era bailarina del Teatro Colón de Buenos Aires, pertenecía al ballet estable. Ella me trasmitió el amor por el ballet clásico. Mi padre por los deportes, la equitación el remo, tenis, natación. También por la lectura y me transmitió su profesión.
O sea que era odontólogo…
Él era doctor en odontología, catedrático especialista en estomatología. Fue consultor y director en jefe del Departamento de Cirugía Maxilofacial del Hospital de Escobar, una institución regional muy importante que fundó, junto a grandes como el doctor César Ballester, la doctora Capello, y tantos otros que fundaron no sólo el hospital, sino también colegios públicos. Es que vienen de familias fundadoras del Pueblo de Escobar.
A Escobar la relaciono siempre con las flores, su gran producción
Te cuento… mi padre fue presidente del Rotary Club. Como cada presidente debe presentar una propuesta en su mandato, la suya fue crear una “fiesta de la flor”. Jamás imagino la trascendencia que tomaría. Hoy Escobar, provincia de Buenos Aires es la Capital Nacional de la Flor que ya tiene cincuenta y una ediciones. Con don Arturo Brossio y la comunidad de japoneses Haciendo todo, mi padre puso la idea y dinero, los demás las flores. Se hizo en el Club Independiente la primera edición, en la cancha de baloncesto, el básquet nuestro. Hoy en día sólo el pabellón de flores tiene seis hectáreas.
Y por la influencia de tu padre, el ambiente en torno a ti…
¡Así comenzó mi incursión en la odontología! Es una ciencia y arte que mamé desde la cuna, en todas las sobremesas con todos los médicos y dentistas amigos de mi padre! Fue terminar el secundario en el Instituto Lange Ley de Buenos Aires y hacer el curso de ingreso a odontología en 1976 ¡Qué miedo! Hice la carrera en el menor tiempo posible, y en el 80 ya tenía mi título.
Me quedé en la lujosa Cátedra de Integrada de Adultos, con todos los genios juntos de la odontología que volvieron después del peronismo. Di mis primeros pasos en esa gloriosa cátedra rodeada de monstros, genios, mientras hacía en paralelo en mi amada AOA Asociación Odontológica Argentina, mi preparación de post grado. Destaco a Jorge Romanelli, Los Madalena, Juan Carlos Fernández, más todos los libros por los que se estudiaba. Fui compañera de hijos de algunos de ellos, como Hugo Romanelli y Alejandro Madalena.
Fueron años de formación…
No parábamos de estudiar, de experimentar, dar y tomar cursos, viajar y aprender. Luego vinieron las facultades privadas y pertenecí a la Facultad del Salvador y a la Maimónides. Tengo los títulos de especialidad en odontopediatría por tres escuelas diferentes. Hice los cursos de prótesis de todos los niveles, también de periodoncia. Además obtuve mi título de rehabilitadora oral. Y luego empecé con cirugía de implantes. Como odontóloga, en Argentina siempre trabaje en mi propio consultorio en el Barrio de Belgrano.
En otros aspectos de tu vida Marina…
Te cuento que me casé a los 25 años con mi novio de los 17 años, tuvimos cuatro hermosos hijos, tres mujeres y un varón. Mi ex marido es ingeniero naval y mecánico. Luego vino la época del corralito y la consiguiente indignación. Me llegó una oferta de trabajo de un amigo, Jorge Alonso Casucelli, que me decidió a venir para estos lares. Tuve que homologar el título trabajar en infinidad de clínicas de otros franquicias, etc.
Y ahora mismo yo veo en Coruña… Clínica Dental Marina Lalli
Así es. Hace ya diez años que puse mi clínica en Rúa Félix Acevedo 7 3 ªA. 15008 A Coruña, donde atendemos pidiendo cita por el teléfono 881 897 471 o el 647 792 218. Ofrecemos todo lo que puede necesitar una familia en odontología, contando con especialistas y mi propio trabajo profesional. Algo muy importante, que no lo dan todas las clínicas, tenemos servicio de emergencia las 24 horas de todos los días del año. Tambien se pueden comunicar por info@clinicadentalmarinalalli.es
Lo nuestro es que los argentinos hablen del lugar donde viven ¿Qué nos cuentas de A Coruña?
Me encuentro muy a gusto en la ciudad de La Coruña porque me enamoré a primera vista de sus paisajes, su mar con esa espuma blanca que rompe sobre las rocas negras, sus cielos acuarelables. El verde y las flores que inundan todo de alegría. Es una ciudad pequeña que tiene todo, teatros importantes, cines, centros comerciales. Agrega la gran oferta gastronómica con su pulpo y sus magníficas tortillas, más los maricos, fiambres, quesos, un placer! Y tengo deportes, desde los de agua, equitación, senderismo que práctico y mucho. Pádel, tenis, remo en ría, río o el Atlántico. No le falta nada a La Coruña.
Pero veamos… los comienzos, el primer contacto
Me dio trabajo, a pesar de haberme criado cerca de centenares de gallegos, entenderlos al comienzo. Ahora ya está. Mis orígenes italianos no sabían de la existencia del caldo gallego de los grelos ¡Jaja! Todo era novedoso. El estar aquí me permitió darles una educación universitaria a mis hijos. Guillermina hace dos años que vive en Londres, es diplomada en turismo, bilingüe con inglés y alemán. Trabaja como auditora nocturna en el Hotel Crown Plaza de Londres. Mariano es ingeniero aeronáutico y trabaja en Bilbao, en la Empresa ITP, como auditor de calidad. Las dos más pequeñas, Sol está terminando el grado de derecho en la Universidad de Santiago de Compostela y Paz está empezando Comercio en Vigo.
Ya ves Marina… es menos doloroso ser entrevistado que cuando nos sacan una muela. Muchas gracias y hasta siempre
He sufrido poco, es cierto. Pero cuando necesites ven, tengo una mano muy suave, no sentirás nada ¡Jaja! Un abrazo Eduardo
ENTREVISTA DE EDUARDO ALDISER – PONTEVEDRA 2017