El economista argentino Héctor Villalón que tuvo importantes cargos en el primer gobierno del General Perón, luego dedicado a la realización de negocios e intemediaciones internacionales, con residencia entre París y Madrid
Lo conocí por el mismo colega que pude escuchar las cintas grabadas del encuentro de Perón y Frondizi en Puerta de Hierro. Necesitábamos alguien que tuviera buenos contactos en Brasil donde queríamos llevar la promoción Portfolio que nació en el The Times de Londres, pasó a Le Figaró de París, lo traje al diario ABC de Madrid y mi socio italiano Nicola Bovoli, tío por cierto de Matteo Renzi que fuera presidente de Italia años atrás, lo llevó al diario La Repubblica de Roma, pasamos a La Nación de Buenos Aires, El Mercurio de Chile y El país creo, en Montevideo… queríamos lanzarlo en Brasil, operación que no se llevó a cabo.
Aunque Villalón tenía un piso en Av. Amércia y oficinas en Plaza de Colón de Madrid, la reunión fue en París. Su despacho estaba en el que fuera el piso del actor francés Fernandel. En el de abajo vivió años Guillermo Vilas cuando se encontraba en la cúspide del tenis mundial. Tras la reunión nos invitó a un restaurante típico marroquí de alto standig ahí cerca, creo que es el Distrito 8 de París, con gente de mucho money y el Arco del Triunfo a un costado.
Héctor Villalón y una aventura en Persia cuando ya era Irán
En la charla, el amigo en común que nos presentaba, le pidió que nos contara sobre lo que ahora relato. Sabido es que el peronismo tuvo siempre buena relación en Estados Unidos con los Demócratas. Lo cierto es que, viviendo en París el argentino Villalón, trabó contacto con un imán iraní que no era nadie entonces, un tal Jomeini. Pasa el tiempo y, como sabemos, lideró la etapa que siguió a la Persia del Sha, llamada desde entonces Irán.
Recordarán que una manifestación asaltó la embajada americana y quedaron prisioneros personal y ciudadanos que estaban en ese momento haciendo trámites allí. Pues bien, don Héctor, que tenía línea directa con Carter, se ofreció para aprovechar esa amistad de tiempo atrás con el ya entonces ayotallah. Lo hizo y comenzó su tarea de mediación. En eso estaba cuando una noche, estando en un hotel de Teherán, ocurrió el ataque de un comando de marines de EEUU con helicópteros que fracasó. Nos dijo que creía que lo matarían. Pero no, Jomeine creyó en él ¿Qué consiguió como buen negociador que es nuestro paisano Villalón? Que Irán accediera a liberar a esos prisioneros con una condición: Estaban los americanos liberados en un avión Boeing en el aeropuerto de Teherán, que recién comenzó a carretear cuando, viendo la televisión, las autoridades iraníes comprobaron que Carter traspasaba el poder a Reagan. Tiempo atrás vi una película con todas esas vicisitudes y termina, precisamente, cuando el Jumbo comienza a carretear hacia EEUU.
Aquellas fotos con el monograma de la Casa Blanca
La historia termina meses después, en un acto donde participaron Carter, Reagan y sus esposas, junto a Villalón y su familia, en una galería que tienen en la Casa Blanca para esos efectos, donde se descubrió una placa en agradecimiento a Héctor Villalón por esa intermediación y por colaborar en el acuerdo de Camp Davis entre el gobierno de Israel y el de Palestina. Como anécdota les cuento que pasado un tiempo lo llamaron de la embajada norteamericana en Madrid, diciéndole que les llevarían a su oficina de Plaza Colón unas cajas. Lo hicieron, las abrieron y le entregaron una decena de cuadros con fotos enmarcadas y pegadas en papel paspartú con el sello y firmas de la casa blanca, la bandera, etc. Los vi en esa oficina. Eran fotografías de momentos de esos actos en Casa Blanca y el acuerdo de Camp Davis. Don Héctor, muy acriollado en el hablar, muy bonaerense, le dijo al funcionario americano… «¿Y yo para qué quiero esto mijo?» El norteamericano le dijo «Mire don Héctor, cuídelo y sus descendientes un día lo llevarán a los remates de Shoterbys y verá el dinero que van a sacar!»
TEXTO DE EDUARDO ALDISER – MADRID 2011