Julio César Ovejero – Pintor y Tanguero en Madrid

Nuestro compatriota ha nacido en Buenos Aires pero llegado desde pequeño a Mendoza, es allí donde desarrolla su vida y se forma artísticamente hasta trasladarse a España. Nos encontramos con Julio César Ovejero en Madrid y hablamos del oficio de pintar, con especial incidencia en el tango, tan presente en gran parte de sus cuadros. Hay café humeante que nos ha preparado Susana Blanco Costábile, y unas magdalenas

 

 

 

 

 

Julio César Ovejero siempre he querido preguntarte cuál era tu música preferida cuando vivías en Mendoza, que es tierra de buenos vinos y cancionero folklórico…

 

Efectivamente en el Interior se escucha y se vive más el folklore. Sobre todo las tonadas mendocinas oídas en reuniones de amigos, familia, en las famosas guitarreadas entre copa y copa.

Siendo así ¿Cómo es que tienes una serie muy importante de cuadros con el tango y su ambiente?

El tango tiene fuerza, sentimientos encontrados. Podría decirse que con los años uno va madurando en muchas cosas y lógicamente también en la música y todo aquello que antes resultaba ajeno, de repente pasa a ser parte de uno mismo. Seguramente al vivir desde hace muchos años fuera de Argentina, de alguna manera y en algún momento me aferré a ese sentimiento que inspira el tango y así pude crear los temas en mis cuadros que no son otra cosa que contar historias. En definitiva y según un crítico de arte, aprendí a valorarlo desde lejos.


Claro, porque al fin de cuentas el tango mismo es el producto de la inmigración que ensanchó Buenos Aires en poco tiempo, pasando a ser el lenguaje musical que unía a gente de hablar distinto…

Sí que tiene sentido. El arte en general, la música, la pintura, tiene esa condición de aunar lenguaje hablando distinto. No olvidemos que el tango nació en el Río de La Plata por lo que, estamos de acuerdo en que tiene una profunda identificación con Buenos Aires, siendo el producto de la inmigración, sobre todo italianos que se asentaron en sus suburbios de donde nacieron historias que con sus letras narran los tangos y yo con mis pinceles.

En alguna ocasión Borges, encontrándose en Nueva York, escuchó casualmente un tango mientras caminaba por sus calles y comentaba que le produjo una intensa emoción…

No me extraña que caminando por N.Y., Borges sintiera una gran emoción al escuchar un tango. La música motiva de muchas maneras y el tango remueve el alma. El oírlo en una calle de cualquier lugar donde uno se encuentre, cerrando los ojos puedes fácilmente imaginarte en esas callecitas de Buenos Aires, que tienen ese… que se yo, viste?.


Si esos personajes tuyos bailando el tango o viviéndolo en un cafetín de Buenos Aires, el de las mesas que nunca preguntan, pudieran hablarnos ¿Qué crees que nos contarían?

Dicen que el tango es como un lamento, que expresa pérdidas, encuentros, amores y desamores, engaños y desengaños, un aleatorio blanco y negro como la vida misma. Historias de gentes con sus alegrías y tristezas cotidianas donde se reparten protagonismo las borracheras, las timbas, los bulines, las carreras de caballos, los cafiolos, el cabaret, los matones, las mujeres, etc., cada uno con lo suyo y con sus circunstancias personales del momento

Piensa que esos personajes que el tiempo y la leyenda nos han vestido con oropeles mágicos, eran al fin de cuentas pobres gentes de estratos marginales….

Si el tango nació en los estratos marginales es porque estas gentes necesitaban contar sus historias, sus cosas para desahogar el alma. De otra manera en vez de tango hubiese sido cha-cha-cha o rock u otra música, quién sabe….


Las miradas trágicas de tus seres reflejan bien lo que llevarían dentro aquellos malandras y esas milonguitas a las que Samuel Linning captó tan bien desde su visión veinteañera…

Seguramente Linning sabía mucho de esos malandras y esas milonguitas, dada su rocambolesca vida, sus constantes fracasos en el teatro, las timbas, la noche y la marginación que sufrió. Dentro de ese mundo tormentoso también dejó buenos tangos como Melenita de oro, Milonguita o Campana de plata que dicen mucho de lo que pasaba en ese Buenos Aires.

Para resumir, creo que dentro mis personajes tendríamos que fijarnos en muchas letras de tangos como por ejemplo una estrofa del tango Cafetín de Homero Expósito “…Por los viejos cafetines siempre rondan los recuerdos (Recuerdo de Horas vividas) y un compás de tango de antes va a poner color al dolor del emigrante. Allí florece el vino, la aldea del recuerdo y el humo del tabaco. Por los viejos cafetines siempre rondan los recuerdos de un País y de un amor…

¿Qué pasaría si un día se monta una exposición tuya con bandoneonistas, una guitarra, el cantor de tango de voz aguardentosa y esos bailarines que garabatean el tango?

Qué pasaría…? Puedo recordar el tango Un bailongo de José Ricardo y me imagino siguiendo su letra “…hará como tres semanas que un paseandero mistongo, me invitó para un bailongo en el barrio de las ranas. La orquesta se componía de bandoneón y guitarra porque esta era una farra de las que muy pocas había…”

Hay obras tuyas César que tienen título de tango ¿Me recuerdas algunas?

Entre otros tengo TANGO, MILONGUEANDO, TACONES ROJOS, A MEDIA LUZ LOS DOS, EL ÚLTIMO TANGO PERFUMA LA NOCHE

Ahora dime que tango o que intérprete favorito sueles poner para que te inspire…

Son muchos los tangos que me llegan y difícil la elección pero por decir algunos diría SUR, GORDO TRISTE, CHIQUILÍN DE BACHÍN, NONINO… o cualquiera de Piazzolla


Muy bueno el café Susana! Julio César… otra cosa que siempre quise preguntarte, ya al irnos. Nuestro amigo Raúl Riveros en la Parrilla De María me presentó en una ocasión a Iselín Santos Ovejero a quien conocía siguiendo el fútbol en Argentina… el mismo apellido pero ¿Son algo?

Siempre digo que somos “primos” En una conversación que tuvimos hace unos años, cuando se acercó a la galería donde exponía yo mis cuadros, comentamos sobre este parentesco y aunque no le dimos mayor importancia lo celebramos con risas. Nunca llegué a verlo jugar en el Atlético de Madrid pero sí lo recordaba cuando era el gran central de Vélez.  En un cafetín cercano a la galería pudimos disfrutar con nuestras historias… como en mis cuadros.


Hace unos años me has regalado este cuadro donde me pusiste sombrero, como los lucían los buenos taitas del arrabal

Es porque leyendo tus historias de tango me hizo pensar que para escribirlas volabas a esos arrabales lejanos en el tiempo y la geografía


Mira por donde… Julio César Ovejero, quedamos emplazados hasta el próximo café o lo que cuadre….

Si existen momentos que se agradecen en la vida, uno es charlar y compartir un café con amigos, en este caso contigo. Hasta siempre y lo que cuadre

En este vídeo eres uno de los Cuatro Artistas para el Tango, que suena por lo bajini y en un momento a toda voz cuando canta tu amigo Varón Álvarez

ENTREVISTA DE EDUARDO ALDISER – MADRID 2010