Un argentino trae a otro argentino… y así ha pasado con Susana Negri que llega a nosotros a través de Lucila Laske, también de Argentina, la una en el Penedés, la otra en Barcelona, compartiendo el arte del buen cantar el tango. Vamos a cruzar todo el norte español para llegarnos a tierras catalanas y poder preguntarle a bocajarro…
A ver… Susana, cuéntanos, ¿Qué fue primero, la pintura o el canto?
El canto, siempre el canto, como en casi todos los niños! Mi madre siempre me recuerda en una fiesta patria de la escuela, con seis años cantando la “Zamba de mi esperanza” acompañándome con la guitarra, allí solita en el escenario. Siempre canté! La pintura, la plástica en general, vino después, fue una elección.
A todo esto un poco de chamuyo personal… tu barrio porteño, aquella escuela, recuerdos de esos tiempos, las veredas…
Bueno. Yo nací en Morón, provincia de Buenos Aires, la mayor de tres hermanas, una niña un poco triste e introvertida. Leía mucho y de todo, desde las andanzas del indio Patoruzú, hasta Ana Karenina. Era insaciable
Me gustaba mi barrio. Mis abuelos maternos habían formado parte de aquel grupo de pioneros que construyeron allí sus hogares en los años 20 y 30, inmigrantes españoles, italianos, polacos, que formaron sus familias y se asentaron allí. Todos los vecinos se conocían. Mi madre, al igual que todas mis tías, era maestra… y lo sigue siendo ya que parece ser una condición que no se pierde, la de docente! Mi padre, aviador.
Mi abuela fue la persona más importante de mi infancia. Era fantástica! Una gallega de Orense, nostálgica y fuerte como un roble. Mi abuela siempre está conmigo. Recuerdo que le decíamos: “Abuela, cantá en gallego!“ y a ella le daba mucha vergüenza y decía que no, pero a veces la escuchábamos cantar sola, mientras hacía las tareas de la casa. Uy! Hablar de mi abuela sería de no acabar. Era hermosa, buena y ladina al mismo tiempo.
En esos años de infancia, la verdad es que yo no soportaba el tango. Tenía que sufrirlo sobre todo los domingos desde temprano, sonando desde el patio mientras mi tío Cocho empezaba con las brasas del asado. Al son de la spica de mi tío nos peleábamos los primos y planeábamos trapisondas.
A los 15 años empecé a frecuentar el taller de quien fue mi primer maestro de pintura, y con quién descubrí lo que quería hacer en el futuro, el artista argentino Bernardo Di Vruno, gran maestro. Cuando tenía 16 nos fuimos a vivir al barrio de Flores, en Capital Federal, y mi vida cambió por completo. Ya estaba estudiando Bellas Artes, escuchaba rock nacional (incondicional de Spinetta) e internacional, mucha bossa y samba, a Serrat, a Paco Ibáñez, y cantaba en corales varias, hasta que, en compañía de amigos, formamos un grupo salsero, “Makumagüela”, en los 80´y pico, cuando la salsa recién empezaba a pegar en la Argentina. Recuerdo que versionábamos temas cubanos, cosas de Silvio Rodriguez y Milanés… un poco de todo. Sonábamos bárbaro!
Entonces yo ya me había graduado en la Escuela Nacional Manuel Belgrano, y estaba estudiando escenografía en la Superior de Bellas Artes Ernesto de La Cárcova, y como ayudante y aprendiza con el escultor Pablo Edelstein, un artista y hombre maravilloso. A pesar de haber vivido la época más cruenta de la dictadura militar argentina, recuerdo con nostalgia aquel impulso irreflexivo que nos movía a pesar del miedo, y fue una etapa de mi vida fantástica, de mucho aprender, mucho ver, muchos cambios y compartir con amigos. Y como dice uno de ellos…”estamos vivos de milagro”, cosa que agradezco.
Vamos por parte entonces, recapitulemos… cuando llegaste a Barcelona, creo que fue en 1985, traías una flamante formación en las artes plásticas en Buenos Aires…
Si, así como una enorme incertidumbre, mucha curiosidad, ningún plan concreto y a mi primer marido, Walter, gran amigo con quien viví aquellos primeros tiempos tan fascinantes como duros. Como suele suceder a muchas parejas, el salto del charco es tan fuerte que lo moviliza todo, y acabamos separándonos.
Recuerdo como si la tocara, aquella sensación de desarraigo. El susto fue grande en ocasiones. Recuerdo haberme sentido muy extranjera en Madrid, por ejemplo. De allí nos fuimos a Mallorca, luego a Italia, Pesaro, que me encanta y donde planeábamos vivir, hasta recalar definitivamente en Barcelona. Más tarde me enamoré de un catalán, padre de mis hijos, e inicié un nuevo periplo.
Como que tu carrera como pintora la has desarrollado por aquí, también las exposiciones serán más numerosas en España y Europa… ¿Y desde cuándo?
Bueno, cuando yo llegué, en el año 1985, venía de trabajar básicamente en grabado. La falta de un taller bien montado de esta disciplina me llevó a cambiar a la pintura. Fue en ese entonces complicado para mí, sin tener un sitio aún definitivo. Estaba acostumbrada a los talleres con compañeros, a la discusión, al intercambio. Recuerdo que pintaba en la mesa de la cocina, que me hacía de taller, y que desocupaba de materiales a la hora de comer. Luego empecé a relacionarme con otros artistas, a participar en ferias, a exponer en salas, a hacer rodar mi obra en itinerantes, etc…
Empecé a pintar y a exponer de un modo ya profesional (o sea, ganándome la vida con ello) a partir del nacimiento de mi primer hijo, Claudi. Casi siete años más tarde nació Antonella, y aunque suene trillado, volvió a abrirse otra ventana. Mis hijos siempre fueron mi apoyo incondicional y mi motor.
O a mí me lo parece… o a muchos de tus personajes pictóricos rezuman música, danza, teatro
Si! Me encanta el teatro, y por supuesto, la música. Una exposición que recuerdo con especial cariño, fue durante una edición del Festival Internacional de Tango en Sitges, Provincia de Barcelona, en el Palau Maricel. Se trataba de un monográfico sobre el tango danza, obras de pequeño formato en tinta y acrílico. Fue un éxito y me decidió a aprender a bailar. Fui abducida durante varios años por la obsesión tanguera del baile. Me encanta la teatralidad del tango, la seducción y hasta ese halo sórdido que tiene. Adoro los zapatos para bailar tango.
¿Y es el puente que te lleva a cantar nuevamente?
Bueno, no exactamente. Yo empiezo a cantar de nuevo, después de añares, como por casualidad. También con algo de folklore y temas del flaco Spinetta. Un día decidí buscar músicos para hacer una banda de musica brasilera y, para mi sorpresa, encontré una gente estupenda con quienes empecé.
Pero tú y el Araca Quartet, del que tenemos abajo un vídeo con los integrantes y tú contándonos cosas, a pesar de ese porteñazo nombre, lo fusionan con músicas varias
Fue allí donde empieza Araca, a partir de conocer al gran guitarrista, persona y amigo que es Peter Lemberg, un austríaco talentoso y versátil como hasta ahora no he conocido, con una fuerte formación de flamenco y jazz, y empezamos una andadura acompañados siempre de musicazos como el colombiano Felipe Varela Chávez, en el contrabajo, ahora en Canadá, los percusionistas brasileros Jonas Santana y Ed Moreira, los argentinos Dario Polonara en bandoneón y Alejandro Fränkel que reemplazó a Felipe en elcontrabajo, y me voy dejando gente en el camino que colabora con nosotros dependiendo del proyecto.
Tenemos un sonido que proviene de la mezcla de conceptos, de identidades. Jazzeando una “Alfonsina y el mar“, tangueando un “Se va, se va, se fue” de Drexler, flamenqueando «Zorro Gris». Como las músicas del Brasil son también latinoamericanas, nos permitimos la licencia de un “Todo amor que houver nessa vida” de Cazuza, blueseado con armónica y cajón. Y bueno, claro, dependiendo de la consigna del concierto.
Yo creo que el concierto “Mirando al sur”, que hicimos en el Festival Internacional de Jazz de Barcelona en el 2012, fue la cosa más original e interesante que se presentó entre los llamados “grupos emergentes” del festival. Un repertorio que iba de Gardel a Eladia Blázquez, Spinetta, Jaime Roos, Celeste Carballo, pasando por Fito Páez , Cazuza y Zitarroza. Hay una gran dificultad aquí, para que se deshagan de las etiquetas de lo que es jazz más allá del bip bop.
Desde hace relativamente poco incluyo mi trabajo como artista plástica en mi vida como músico. Me costó. Estamos en la era de la “especialización”. La idea de que alguien sea profesional, en más de una disciplina, es difícil de digerir. Siempre tuve como referente a la gran artista escenógrafa argentina, absolutamente multidisciplinar, Renata Schussheim. Una genia!
Un artista siempre tiene proyectos ¿Cuáles son los de Susana Negri? Aquellos que se puedan contar, claro…
Tengo muchos. Ahora mismo estamos trabajando con intensidad dos proyectos en Araca Quartet: por un lado jazz, con temas latinoamericanos siempre con arreglos de Lemberg, y por otro, tango incluyendo temas de 1930, divertidos, más sainete, más teatral.
Tenemos un espectáculo muy lindo y divertido, que hemos presentado este verano, que se llama “Pintando Tangos”, con la participación de los coreógrafos y bailarines Graciela Guerreira y Osvaldo Pérez, de La Yumba Tango BCN, un lujazo, que este año se lucieron montando Barcelona Tango Meeting en el Museo Nacional de Arte de Catalunya, y que esperamos llevar a muchos sitios. Estamos participando en ciclos de tango, presentando nuestro trabajo a festivales. Con ganas de salir.
Una cosa que los que me conocen saben, es que necesito como quien dice, pasar del tango al samba. La música brasilera me da alegría, por eso cada tanto hacemos algunas presentaciones con bossa y samba. Y por eso también, incluimos estos tangos más ligeros en un repertorio de contenido poético bastante fuerte.
En cuanto a la pintura, también soy docente, y como tal, doy clases. En los meses de febrero, marzo y abril de 2015, estaré dando un seminario/taller sobre la figura humana en la sala Silvina Ocampo del Consulado General y Centro de Promoción de la República Argentina en Barcelona, y tengo programada ya tres exposiciones en Barcelona, una de las cuales será en el Consulado Argentino. Bueno… acabo de empezar a programar el 2015 y abierta a nuevos retos.
Qué bueno sería verte por Galicia con tus cuadros y tu canto…
Solo basta que lo propongáis desde allí. Además me encanta Galicia. Tengo familia, como te dije, en Orense, y también en La Coruña.
Susana, hasta la próxima charla y que nos sigas representando con toda tu calidad humana y artística
Gracias a ti por invitarme a participar en este espacio.
Pero no te vas del todo… aquí te quedas cantando acompañada por el Araca Quartet, “Mirando al sur” de Eladia Blázquez y “La trama y el desenlace” del uruguayo Jorge Drexler
ENTREVISTA DE EDUARDO ALDISER – PONTEVEDRA 2014