Esta nota se viene amasando desde hace mucho tiempo, pero la desarrollamos precisamente cuando un obispo argentino se ha identificado como Papa Francisco al ser elegido en el Cónclave del Vaticano el 13 de marzo 2013. El ahora San Juan Bosco, al que recordamos más como Don Bosco, como él habría querido seguramente identificarse, encauzó su obra a través de la Congregación San Francisco de Sales que fundara en 1859 en Turín, Italia. Su relación con el sur de Argentina es muy importante.
El destino encauzó la vida santa de Don Bosco siendo un niño
Giovanni Bosco era un muchachito piamontés, del Monferrato, entonces Provincia de Alessandria para ser más precisos, nacido el 16 agosto de 1815 en un hogar de contadini (agricultores) que ahora pertenece a la provincia de Asti. Entre Castelnuovo y Vilanoba D´Asti, a mitad camino se encuentra la capital provincial, cabecera de una región famosa por sus vinos, y más al Norte la capital piamontesa, Turín.
Se conserva la casa rural donde nació Don Bosco, con el aljibe donde recibió el mesnaje
A los nueve años tuvo un sueño revelador que marcó su vida. Siguió los designios de quienes le hablaron esa noche, Jesucristo y la Virgen María. Huérfano de padre (Francesco Luiggi Bosco) a pocos meses de nacer, en 1825 ingresa al seminario y diez años después ya es sacerdote. Su pensamiento y obras lo distinguiría en su época. Durante toda su vida fueron los sueños los que le marcaron las obras a realizar.
Los sueños de Don Bosco que hizo realidades con templos y escuelas por el mundo
Recuerdo que un amigo me trajo una foto de la placa que indica, en la escuela salesiana de Barcelona, la fecha del sueño de Don Bosco donde había visto ese lugar preciso para erigir los edificios. Ya nos vamos a Patagonia, destacando que en España recién llegan los salesianos en 1881, mientras que en 1875 parten sus misioneros de Italia a la Argentina y el 1 de febrero de 1876, con el salesiano José Fagnano Vero al frente, inicia las actividades del colegio de esa congregación en San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires.
Con una increíble producción onírica que sus biógrafos han ordenado y numerado, en 1872 su sueño 86 le indica que tienen que… más o menos con estas palabras suyas se lo narró Don Bosco al Papa Pío IX “Soñé que estaba en una región salvaje, totalmente desconocida. Era una llanura completamente sin cultivar, en la cual no se veían montañas ni colinas. Solamente en sus lejanísimos límites se veían escabrosas montañas. Vi en ellas muchos grupos de hombres que la recorrían. Estaban casi desnudos. Eran de altura y estatura extraordinaria, de aspecto feroz. Cabellos largos y ásperos. El color de su piel era oscuro y negruzco y sobre las espaldas llevaban mantos de pieles de animales. Usaban como armas una lanza larga y una honda para lanzar piedras”.
Lo cierto es que creyó que se trataba de pobladores de África o Asia, pero al observar imágenes de distintas regiones de ambos continentes, no los reconocía con los que había soñado. Al presentársele láminas de Argentina con imágenes de indígenas de la Patagonia, comprende que a esa región en torno al Río Negro corresponde a lo “visto” en sueños. Y allá se fue su paisano, José Fagnano Vero, también asteggiano de Rocchetta Tanaro, designado para fundar escuelas e iglesias en territorios donde ni viajeros europeos o aún argentinos y chilenos, habían llegado. Fue apresado por Namuncurá, consiguió huir y su obra la desarrolló luego en la isla de Tierra del Fuego.
Los Salesianos llegaron a La Patagonia cuando pocos se adentraban en el sur de Argentina
Los primeros misioneros en la Patagonia Argentina, anteriores a los salesianos, fueron asesinados por los pobladores indígenas. La diferencia en la actitud hizo que la Congregación Salesiana fuera bien recibida, tras aquel primer incidente de Fagnano, y varias tribus comulgaron con la fe cristiana. Entre ellas y de su obra educativa y de ayuda indiscutible, es buen ejemplo Ceferino Namuncurá, hijo del cacique mapuche Namuncurá, descendiente de Cafulcurá.
Aquella semilla surgida de un sueño de Don Bosco en 1872, es ahora un árbol con robusto tronco y fuertes ramas, a lo largo y ancho del sur argentino. Es así que los encontramos en el tramo final de la provincia de Buenos Aires, en Pedro Luro, con el Santuario de María Auxiliadora en Fortín Mercedes. Al cruzar el río Negro, en la provincia rionegrina, los Salesianos están en Viedma, la capital provincial, con la Parroquia San Juan Bosco y el Colegio San Francisco de Sales; Chimpay, lugar de nacimiento de Ceferino Namuncurá; Villa Regina; Cipolletti; el Colegio Domingo Savio de Steferelli – General Roca; Parroquia San Cayetano de San Carlos de Bariloche.
Parroquias y Colegios Salesianos que se multiplicaron, con una obra soñada por Don Bosco
En la provincia de Neuquén, su capital homónima tiene el Colegio San José Obrero; Chos Malal con Iglesia María Auxiliadora; Junín de los Andes y su Colegio Ceferino Namuncurá; Zapala con los Talleres Don Bosco. Siguiendo al sur, provincia de Chubut, en Comodoro Rivadavia, Colegio Domingo Savio; Esquel, San Luis Gonzaga; Trelew con el Santuario Nuestra Señora de la Paz.
La última provincia continental argentina, Santa Cruz cuenta con esta presencia salesiana: en su capital, Río Gallegos, Nuestra Señora de Luján y en Caleta Olivia, San José Obrero. Ya en Tierra del Fuego, con el camino hecho por el entonces Monseñor Fagnano, en Río Grande, Colegio y Parroquia San Juan Bosco y en Ushuaia, Nuestra Señora de la Merced. Su obra tuvo también como área de desarrollo el territorio chileno de Tierra del Fuego y en Punta Arenas es muy importante la presencia de la Congregación Salesiana.
Don Bosco, un pensamiento claro que hizo mucho por el Cristianismo en el mundo
Los pensamientos de Don Bosco siguen siendo el ideario de los párrocos y estudiantes de las escuelas, en muchos casos de artes y oficios, de la Congregación San Francisco de Sales. He aquí algunos de ellos: “Haz que todos los que hablan contigo se hagan amigos tuyos” – “Trata de hacerte querer más que temer” – “Preocúpense especialmente de los enfermos, de los niños, de los ancianos y de los pobres, y ganarán la bendición de Dios y la benevolencia de los hombres” – “El amor da fuerzas para soportar las fatigas, los disgustos, las ingratitudes, la falta de disciplina, las ligerezas, las negligencias de los jóvenes”
Los Bosco de aquel Monferrato que llegaron a General Baldissera, Córdoba, Argentina y a otras poblaciones cercanas
Como acotación final comento que, cuando en 1897 el alemán Juan Gödeken, colonizador por acuerdo con el gobierno argentino de una parte del sureste de la provincia de Córdoba, capta en Italia a familias piamontesas para formar la Colonia General Baldissera, en homenaje al general italiano Antonio Baldissera, famoso en esa época, llegaron desde Castilnuovo D´Asti y Vilanoba D´Asti los integrantes de la familia Bosco. La integraban los abuelos, llevados por su hijo Miguel, su mujer Teresa y una amplia prole de seis mujeres y un varón. Aún nacería una hija argentina. Entre las italianas, mi nonna Angela Bosco, por quien supe que su abuelo era pariente directo del ahora San Juan Bosco. Antonio Bosco ya era muy anciano y falleció en 1899. Mi tatarabuelo fue el primer enterramiento en la joven colonia, hoy un progresista pueblo cordobés del departamento Marcos Juárez. Su primo, el ahora San Juan Bosco, falleció el 31 de Enero de 1888, día en el que ahora el Santoral de la Iglesia Católica lo recuerda. En Chañar Ladeado (Santa Fe), Ordoñez, Justiniano Posse y Córdoba capital vivían primos también emparentados con la familia de Don Bosco, algunos de ellos de su Castilnovo D´Asti y otros de Vilanova D´Asti, due piccoli paesa de la provincia de Asti, Italia. Al fallecer uno de ellos, sin dejar descendientes, donó campos y otras posesiones a la Obra Don Bosco. Mi bisabuelo Miguel tenía potestad para dar la novena en la Iglesia Santa Rosa del pueblo, a la que nunca se ha designado cura párroco. Falleció el día de San Miguel y la bisabuela Teresa, el día de su santa.
TEXTO DE EDUARDO ALDISER – PONTEVEDRA 2013