Daniel Castelli con Tango en Galicia

Con motivo de la celebración del Festival Solidario Tango Sin Fronteras que se celebró el Día Internacional del Tango, 11 de diciembre de 2015, en Vigo, España, tomamos contacto con el cantor Daniel Castelli, que visitaba una vez más la tierra de sus ancestros maternos, Galicia. Allí lo presentamos como tal, un porteño bonaerense que canta tangos. Pero en la charla surgieron muchas otras facetas…

 

Hola Daniel, como sé que has visto muchas entrevistas nuestras, sabes que comenzamos siempre en aquel barrio natal, la escuelita, los abuelos, los recuerdos de la infancia, adolescencia, los primeros trabajos…

Mi escuela primaria la hice en Escuela Manuel Belgrano, en San Andrés. Allí fue que a los ocho años, estando en tercer grado, y como la escuela tenia directora de coro y profesora de música, se decidió realizar una grabación en un estudio que se encontraba en la localidad de Villa Ballester, una colonia alemana muy cercano a San Andrés, en la ciudad y partido de San Martin, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Grabamos dos temas folklóricos en 78 rpm, como era en esa época, disco de pasta, que fueron una cueca, Bandera de mi Nación y una canción litoraleña, Acuarela del Río. Me acompañaron varios alumnos con guitarras. Ese fue mi primer disco.

La escuela secundaria estuvo repartida entre la San José de San Martin y la escuela Hipólito Yrigoyen en, Villa Devoto, en la Capital Federal donde finalicé mis estudios secundarios como Técnico Químico. En esos años todo era estudio ya que había doble escolaridad. Luego vino el Servicio Militar obligatorio y al mismo tiempo rendí el ingreso a la carrera de Farmacia y Química de Universidad Nacional de Buenos Aires UBA, con solo tres meses de clases, ya que me tocó un destino muy lejano y apartado, en la localidad de Las Lajas, Provincia de Neuquén, a 40 Km de la frontera con Chile. Estando allí mi padre sufrió un infarto. Era socio en una empresa vitivinícola. Me tocó ocupar su lugar en la misma para defender sus acciones y por ende los intereses de mi familia. Y así fue porque en el reglamento militar había un artículo que se llamaba “Único sostén de la familia”.


La familia Castelli 

Mi familia estaba compuesta por mi padre, mi madre y dos hermanos menores. Después de un año de ocupar ese lugar, me dedique a buscar empleo como químico, ya que mi padre mejoró y volvió a su lugar en la empresa. Y conseguí, después de trabajar seis meses con tan solo 22 años como inspector de una línea de colectivos (bus interurbano) muy importante que aún existe, que es la compañía Noroeste, de la cual como anécdota descubro que uno de los socios de esa empresa de transporte era el conocidísimo cantante de tango Julio Martel, que fue tan famoso junto a Carlos Dante en la orquesta de Alfredo De Ángelis, donde luego cantó su hermano Lalo Martel, una familia de Munro, cerca nuestro.

Trabajé en el laboratorio de una empresa metalúrgica en San Isidro, con horario rotativo por semana. En el turno de noche, hasta las siete de la mañana, es donde a través de la radio, escuchando emisoras Mitre y Rivadavia, durante esos cinco años el tango fue mi compañero, mientras realizaba los análisis para los altos hornos.


Pero yo te tengo más como abogado, Daniel Castelli

Te cuento. Me casé y comencé mi carrera en la Facultad de Derecho de la Universidad de Morón, mientras trabajaba curiosamente en una empresa que pertenecía al dueño de Canal 9, Alejandro Romay. Encontré un espacio para expresar mi necesidad de cantar a través del coro de la Universidad, que se estaba creando en ese momento. Durante dos años formé parte del mismo dando innumerables conciertos en Argentina. Al recibirme me dediqué a ejercer la profesión de abogado creando con mi hermano Jorge Santiago Castelli una inmobiliaria cuyo nombre Manfil Propiedades, se le ocurrió a él uniendo partes de los nombres de dos hermanos de nuestro abuelo, Manuel y Filomena, los dos en el pueblo natal gallego de Arbo, Provincia de Pontevedra, a orillas del río Miño, frente a Portugal. Mientras tanto seguí con la música, tomando clases con grandes profesoras de la Zona Norte. En ese entonces cantaba canciones de tipo melódico internacional, pero el tango siempre sonaba en mi cabeza y espíritu.


Pero me has nombrado también una actividad docente…

Mi actividad docente comienza en el CENS 206, donde fui titular de tres cátedras, Administración Pública, Derecho Público y Economía Política. Uno de los años propuse a mis alumnos el viaje de fin de curso, ya que mis materias eran del último año. Quiero mencionar que mis alumnos tenían desde los 18 años a los 70 años de edad, ya que es un colegio secundario para adultos. Y nos fuimos a las Cataratas del Iguazú con esfuerzos propios, de rifas, pagos en cuotas, etc. Nos alojamos en el hotel Tres Fronteras, cuyo nombre hace referencia a ese hito que une a Argentina, Brasil y Paraguay, donde el río Iguazú confluye con el Paraná. Fue el único viaje de fin de estudios en la historia del CENS 109.

En una de las tantas reuniones de profesores con el inspector y la directora, él mismo me propone que exprese mis ideas para crear un instituto superior terciario. Durante dos años presenté informes socioeconómicos, de transportes, empresariales de la zona, etc. y fue así que en 1992, el 11 del mes 11 soy nombrado Rector Fundador del CENT 79, único tecnológico hasta ahora de San Martín, que es una ciudad de quinientos mil habitantes, Capital Nacional de la Industria.


¿Podríamos decir que, en esta etapa de tu vida, más calma y fuera del día a día febril de tus profesiones, ahora te das el gusto cantando solamente?

Eso es decir la verdad, en estos años me dedico a cantar tangos y con el orgullo que también interpreto canciones folklóricas. Mi último disco “Magia… de un sueño tanguero” me ha dado muchas satisfacciones por las críticas que ha tenido, y porque además me permitió darme a conocer en entrevistas radiales y televisivas. Además pude tomar contacto con la gente, con el público de las distintas provincias argentinas en los festivales; las actuaciones en muchos prestigiosos bares notables de la Ciudad de Buenos Aires. Destaco el haber podido presentarlo como primicia en la afamada Academia Nacional del Tango, en el Día Internacional del Tango, un 11 de diciembre, en la Avenida de Mayo. También lo presenté en las mismas fechas en un lugar consagrado del tango, la Esquina Homero Manzi, que no es otra que San Juan y Boedo, a la que inmortalizó el gran poeta de Añatuya en el tango Sur.


¿Qué sientes cuando vienes a Galicia y visita ese Arbo de la costa española del río Miño? ¿Te tira esta tierra ancestral?

La necesidad de tomar contacto con Arbo y el Rio Miño, que mi abuelo nombraba siempre, incluida la captura de la lamprea, es muy grande. La emoción me embarga cada minuto en esas tierras, siento la necesidad de entonar cantigas gallegas y al mismo tiempo atraparlos con el Tango. Cuando estoy en Galicia, estoy en casa, como cuando estoy en San Andrés. Y no debo dejar de nombrar un lugar en la provincia de Córdoba, en Argentina, La Serranita. Recordando a su Arbo mi abuelo buscó allí un lugar tan parecido que impresiona.


Siendo así y sabiendo que nos veremos más seguido por las Rías Baixas gallegas y a orillas del Miño, aquí lo dejamos… pero contigo cantando Tango de otros tiempos de Alberto Marino, Ulderino Caserio y Washington Reyes que grabaste en la Navidad 2015 en Cangas del Morrazo, Pontevedra

 

ENTREVISTA DE EDUARDO ALDISER – PONTEVEDRA 2016