Por intermedio de Eduardo Sibilin nos llega de Rosario, Argentina, un interesante artículo enviado por Edgardo César Galante en el que el protagonista es Siro Alberto Comi, el argentino que ideó una manera a la criolla de pintar marcas en el cielo, con un chorro de nube artificial lanzado desde su avión especialmente adaptado. Vamos a centrarnos en la parte de la nota referida a la yerba mate Safac que tuvo tal éxito con esta publicidad, como para poner un avión al final del logotipo, que era el mismo que veíamos en el cielo. Esto comenta Edgardo César Galante…
La yerba mate SAFAC que estaba en los cielos
“La publicidad aérea con humo fue iniciada en la Argentina por Siro Alberto Comi de Sampacho, Córdoba, aviador y mecánico propietario del Aeródromo Monte Grande, en la Provincia de Buenos Aires. Si bien se desplegaban campañas por todo el país, en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores tenían gran repercusión. Se aprovechaban los multitudinarios actos deportivos, como los encuentros de fútbol en los grandes estadios y las carreras de automóviles, entre otros. Pero la cosa era más íntima en los barrios periféricos. «¡Allá va el avioncito de Safac!», alertaba algún pibe señalándolo con el dedo mientras se interrumpía el picado en el potrero. Aunque existían restricciones para volar sobre la metrópolis, los Comi se las ingeniaban para hacerlo en los alrededores o sobre el Río de la Plata, con lo que se aseguraban que la publicidad fuera vista desde distintos puntos de la ciudad.
Llegaron esos aviones tras la guerra
En los años previos a la Segunda Guerra Mundial llegaron al país, procedentes de Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, algunos vendedores de aviones que organizaban festivales aéreos demostrativos de los aparatos que ofrecían. Una de las atracciones era el humo de colores que despedían las máquinas norteamericanas. A ellas se acercó Siro Comi, quien pudo ver y enterarse a través de los pilotos que se lograba mediante la inyección de productos químicos en el múltiple de escape de los motores. Entonces vislumbró que la novedad podía ser rentable en nuestro país.
Y sí… en mi casa tomaban los mates con yerba SAFAC
Anuncio de yerba mate Safac para colocar en puntos de venta, los clásicos almacenes y boliches de ArgentinaDecidido a probar suerte, trató de adaptar aquel sistema en un biplano de su propiedad, un Curtiss Travel Air. Luego de experimentar distintos productos con el fin de obtener humo blanco (los químicos que generaban colores eran muy caros), comprobó que el aceite usado era lo más económico y generaba el mejor humo. También debió encontrar el segmento del múltiple de escape donde hacer la perforación para inyectarlo. Las sucesivas pruebas demostraron que si lo hacía muy cerca del motor, el aceite se incendiaba; y si lo hacía muy próximo a la salida del caño, salía crudo y todo se ensuciaba. Así, probando y probando, encontró el lugar exacto.
Muy valiente el aviador de Sampacho
Pero una cosa era escribir en tierra y otra en el aire, por lo que Siro se impuso la tarea de perfeccionar esta operación antes de largarse a ofrecer sus servicios. Volaba a una altitud de entre 2.000 y 2.500 metros, donde las corrientes de aire eran más estables. Esto era fundamental para que el humo no se diluyera rápidamente, aunque a veces no se podía evitar que vientos inoportunos desdibujaran la primera sílaba de la palabra cuando aún no la había completado.
Siro Comi patentó su sistema luego de perfeccionarlo. Para proteger su idea y mantener en secreto el aceite usado que utilizaba, apeló al ardid de camuflarlo bajo el rótulo de “producto peligroso” que manipulaba un empleado ataviado con uniforme y guantes “especiales”.
La marca que hizo famoso al avioncito de los Comi fue Safac, nombre de una yerba mate elaborada. En los años cincuenta existieron numerosas marcas que despachaban los almacenes de barrio, algunas de ellas ya desaparecidas: Rigoletto, Salus, Cruz del Sur, Gato, Apipé, Pájaro Azul, Escarapela, Perbo. Otras han subsistido en el tiempo y hoy se exhiben en las modernas góndolas de los súper e hipermercados: Flor de Lis, Cruz de Malta, Nobleza Gaucha, La Hoja, Piporé.
SAFAC, una idea promocional de altos vuelos
Los fabricantes de la yerba mate Safac decidieron iniciar una campaña nacional para promocionar el producto. Pensaron que un gran golpe de efecto sería la publicidad con humo que hacía Siro Comi. Entonces dieron comienzo las giras pueblo por pueblo, principalmente en la provincia de Buenos Aires. El avión era precedido por el corredor que ofrecía el producto a los almaceneros y el camión o el tren que lo entregaba. Las radios y “propaladoras” callejeras difundían ampliamente la posibilidad de un vuelo de bautismo en el “avioncito de Safac” para aquellos felices poseedores de los cupones incluidos en los paquetes de yerba, obviamente en número reducido. La campaña resultó un éxito; los consumidores compraban paquetes “al por mayor” entusiasmados por tal posibilidad. Y cada pueblo esperaba la llegada del avioncito, que a falta de buenas pistas bajaba donde podía, generalmente campos y caminos de tierra.
Los hermanos Comi escribían en el cielo… parece un bolero!
Siro hizo campañas sólo para Safac. Luego lo continuó su hermano Aldo Comi, que rápidamente aprendió todos los secretos de la actividad. Utilizó un monomotor Cessna matrícula LV-NGO de fuselaje de aluminio con el capó pintado de verde y dos rayas del mismo color en el fuselaje. Tenía alas enteladas pintadas de plateado y llevaba un depósito de 200 litros para el aceite quemado. Volaba por todas las provincias continuando las campañas publicitarias de Safac. Luego se agregaron las de Geniol, General Electric, Saccol, Pepsi, Odol, crema Nivea y la agencia de automotores Sergi, entre otras. La marca Safac era escrita tanto en letra de imprenta como en cursiva».
REEDITADO EN ESPAÑA POR EDUARDO ALDISER