Cuando llegué a Madrid me encontré con el canto limpio y los temas cargados de un contenido inteligente del Dúo Olga Manzano – Manuel Picón. Hoy, pasados los años, voy al encuentro de esta sanjuanina, de Angaco, Argentina, que supo conquistar España y es ahora mismo una talentosa profesora y músicoterapeuta. Me bajo en Estación Puerta del Ángel de la Línea 6 del Metro de Madrid y a poco de andar doy con el Estudio Olga Manzano, en Saavedra Fajardo 7, pegado a la Avenida de Portugal y el Paseo de Extremadura
Y aunque nos encontramos en los “madriles” con la Casa de Campo enfrente… Olga, quiero que viajemos hasta tu provincia, San Juan, en la Argentina andina… aquel Angaco tuyo, esa familia y los primeros contactos con la música…
Los contactos con la música los tengo desde muy niña. Mi abuelo materno era aficionado a la música, tocaba la guitarra y cantaba, y me hacía cantar con él. Y dos tíos, primos de mi padre, uno era cantante de orquestas y el otro músico profesional del bandoneón, que sí me influyeron, por que ellos me tenían presente, ellos sabían que yo era la “Olguita que canta”.
Pero es sabido que especialmente en aquella Argentina, cuando queríamos aprender algo, terminábamos en Buenos Aires…
Bueno, sí… porque el despegue familiar y tu deseo de triunfar te llevaban a los sueños y los sueños se realizaban en Buenos Aires. Por lo menos los míos. Y allí me fui…
El antes y el después de la Otto Berger ¿Con quienes realizaste tu formación Olga Manzano?
Mis primeras clases de canto fueron con Carmen Solari, recién llegada de su Italia. Con ella me introduje en las técnicas florentinas y las técnicas del falsete. Mi sueño era ser cantante lírica, luego hice una audición en el Teatro Colón. El director de la escuela lírica del Colón, el maestro Kúmon era el abuelo de una amiga de mi hermana menor. Cuando me dijo lo que me iban a costar las clases por mes, hui… es decir “me rajé”.
Y es cuándo aparece la escuela de Otto Berger, más cercana a mi precario bolsillo. En la escuela Berger también se impartía foniatría y en esa especialidad las clases las tomé con Alex Chokler. Paralelamente yo estudiaba guitarra con Osvaldo Avena y preparaba repertorio con él para presentarme en festivales, boliches y cuánto evento apareciera. Con una milonga de Osvaldo me presenté en el Primer Festival de Baradero, ciudad de la provincia de Buenos Aires. Era “Milonga para cantarle a mi gente”. El poeta Héctor Negro y Osvaldo Avena la hicieron para mí. La estrené en la peña de Armando Tejada Gómez. Allí la escuchó Mercedes Sosa y se la pidió para grabarla a Osvaldo, cosa que a mí me hizo llorar mucho y no de emoción, si no de rabia.
También he estudiado teatro con Guillermo Battaglia, ese enorme actor argentino, para luego seguir en la escuela de Néstor Raimondi y su técnica Brechtiana. Estudié solfeo cantado con Anfioni Gilardi, hermano de Gilardo Gilardi, y teatro danza con Ana Itelmán.
Toda esta formación multidisciplinar… aquella Olga Manzano veinteañera… ¿Cómo se fue canalizando? ¿Ha habido algún ángel que te ayudara a usar tus alas?
Mi padre, un fanático mío de toda la vida desde niña. Me hacía cantar en todos sitios y en Buenos Aires conoció al hermano de Buenaventura Luna que, como sabemos, su apellido era Dojorti, que tenía un programa de radio. Me buscó un pianista y un guitarrista. Yo también tocaba la guitarra y preparamos repertorio folklórico con temas de Buenaventura mezcladas con tonadas sanjuaninas y estuve en ese programa varios meses.
Luego fui a LR3 Radio Belgrano con el Indio Apachaca, cantaba en la peña del Hormiguero con «Los Nocheros de Anta», y allí una noche, con otros artistas, llego a la peña Armando Tejada Gómez, que me invitó a su peña a cantar y a participar en un proyecto. Ese proyecto se llamó “Resurrección y canto de la copla” que paseamos por varios teatros de provincias con mucho éxito. Te decía que mi padre fue mi ángel y es que él me buscó también la primera escuela de canto…
Oye Olga… pero tú me estás hablando de Buenos Aires… y Manuel Picón es uruguayo… ¿Te tomaste el barco de la carrera una noche?
Él fue el que se tomó el barco y desembarcó en la peña de Armando Tejada Gómez, dónde yo estaba cantando cuándo él entró con su grupo “Los Tupambay”. Al finalizar nuestras actuaciones me iba yo a mi casa y me dijo… «¿Vamos a tomar un café?” Un café que duró treinta años y tres hijos.
¿Cómo les surgió la idea de, ahora sí, cruzar el charco más grande, el del Atlántico?
Ni la situación política ni económica nos favorecía al contrario, cada día era más difícil para nosotros, por la temática de nuestras canciones y por nuestra ideología política. España era una referencia no sólo por el idioma si no por familia. Tanto mis abuelos como mi padre, en su momento emigraron a la Argentina de su Cogollo de Guadix, provincia de Granada, en Andalucía… y hoy me enorgullece tener en el pueblo de mis abuelos una calle con mi nombre. Cuando me lo dedicaron era alcalde Paco Fernández Molero, uno de los tantos parientes directos que tengo aquí en España.
Por lo que percibo para vosotros fue como llegar y besar el santo…
Si se puede besar el santo después de tanto batacazo… y dejar a nuestras familias desoladas por que nos veníamos ¡tan lejos! Sin saber cuándo nos volveríamos a ver… y así fue, a mis padres y hermanas las volví a ver casi a los 25 años de estar aquí.
Pero sí… tuvimos una respuesta increíble, espectáculos discos recitales, todo era éxito, de lo cuál hemos estado siempre muy agradecidos. Y dos hijos nacidos aquí. El mayor venía con nosotros con ocho mesecitos… ¡a la aventura con sus padres!
Pero un día la vida te jugó una mala pasada y has tenido que seguir físicamente sola el camino…
Sí físicamente, por que Manuel está siempre conmigo, y presente en la familia. Es mi dolor más oculto, por que según parece, hay que seguir…y ahora mis hijos me están dando nietos, la vida sigue…
Y entonces decides canalizar todo tu potencial como profesora de canto y teatro, tus conocimientos en el campo de la foniatría…
La escuela la fundé en el año 89, con el nombre o sigla T.E.F.A. Taller, Ensayo, Formación, Actor. Aún vivía, Manuel. Ahora la escuela se llama “Estudio Olga Manzano” con las siglas EOM. T.E.F.A. ha pasado a ser el nombre de la asociación. Yo siempre tuve en mi mente tener una escuela, me gusta, la enseñanza y la investigación.
Hay un libro tuyo que me han nombrado algunos cantantes…
Si, es el libro “Los caminos de la voz y las nueve colocaciones”, donde trato de mostrar que aparte de las viejas enseñanzas en el desarrollo de la voz, hay nuevas maneras de hacerlo y mi investigación era descubrir que una enseñanza y una mejor técnica no necesitan años de aprendizaje. De hecho los resultados son espectaculares. Yo misma en Buenos Aires fui carne de cañón de escuelas de canto durante años.
Dime… aquí veo en el E.O.M… el Estudio Olga Manzano, que hay gente estudiando distintas disciplinas dentro del mundo del espectáculo… de todas las edades, algunos niños con dificultades…
Las disciplinas de la voz son varias. Canto es una de ellas. Foniatría para los problemas de la voz, es decir del aparato fonal, por que la voz siempre está bien, lo que no está bien son los canales por dónde debe pasar la voz y sobre todo la respiración. A los niños no se le debe trabajar la voz por que sus cuerdas crecen a diario, se mueven y no hay que alterar a la naturaleza.
Luego está el teatro con sus disciplinas. Yo trabajo varias técnicas: Brecht, Grotowski, Jhonstone, etc. Clases de guitarra y una vez al mes un recital para público en la sala de teatro. Son los alumnos más avanzados que empiezan a hacer sus pinitos en el escenario, por que el escenario es otra escuela y si queremos subir a él, hay que saber hacerlo.
Si un lector de Madrid o zonas vecinas quiere saber más… está interesado en seguir determinados cursos… ¿Puedes darme las señas así se las pasamos?
Estamos en Calle Saavedra Fajardo, 7 en Puerta del Ángel casi Paseo de Extremadura, en Madrid. Se llega por el Metro, la línea 6, la Circular, y los autobuses 31, 39, 138 y 500. Para envíos postales, agregar el código 28011 – Madrid.
Gracias Olga… he pasado una tardecita madrileña de primavera fresquilla muy agradable en tu compañía… si me permites te dejaré cantándoles un tema de aquellos que hicieron inolvidables con el sello personalísimo de Olga Manzano – Manuel Picón…
¿Puedo pedirlo yo misma? Pues que sea “Tu risa” de Manuel Picón y Pablo Neruda. Es una de las canciones emblemáticas, que más se ha escuchado. Gracias Eduardo por venirte a mi estudio…
Hasta siempre Olga
ENTREVISTA DE EDUARDO ALDISER – MADRID 2010