Nos conocimos con Héctor Alejandro Rial Picallo en esta Galicia donde vivimos y lo tenemos en promociones del grupo ARGENTINA ES TANGO / FACEBOOK por actuaciones suyas en Vigo y otras ciudades. Abogado, actor, cantor, músico, compositor, buena cosa será pedirle que nos vayamos para atrás…
¿Por dónde y cuándo comenzaste tu trayectoria vital Héctor?
Abrí los ojos por primera vez en abril de 1970 en el querido Centro Gallego de Buenos Aires de Belgrano y Pasco, hijo de gallegos emigrantes, Alfonso Rial Suárez, de Rial de Arriba de Zas, A Coruña, y Preciosa Picallo Gerpe, de Castríz, Santa Comba, A Coruña. Me crie peregrinando con los viejos, de trabajo en trabajo, de casa en casa… primero Sarandí; después Barrio Agüero de Avellaneda; La Paternal; City Bell de La Plata; Flores y Villa del Parque, fueron primero mis patios de juego y más tarde mis aeropuertos de despegue.
De despegue Héctor hacia…
La abogacía que es mi profesión, tanto en España como en la República Argentina, disciplina que abracé por pura vocación, ya crecido, cuando llevaba más de diez años trabajando en las más variadas ocupaciones como fueron las de actor, empresario, taxista, transportista y un sin número de etcéteras, intentando siempre emular la figura del viejo, trabajador incansable y héroe de su único hijo, a quien ya no tengo la suerte de tener a mi lado.
Es muy gallego tu homenaje paterno, me recuerdas el Papá Gallego de Manuel Barro. A propósito ¿Cuándo y por qué pusiste proa a Galicia?
Llegué a España en el año 2002, cansado ya de tanto remar en nuestra Argentina, y en medio de aquella crisis histórica, con mi mujer Judith, mi pilar, y mis hijas Johanna, Sofía y Lucía, estas últimas mellizas; hoy se sumó a la familia Luana, mi primera nieta, más gallega que ninguna, ya que nació el 25 de Julio.
Hombre! En pleno Día de Santiago y de Galicia! Dinos cómo te sientes en estos lares que dicen los gallegos…
Esta tierra, que también es la mía, lo fue siempre de oportunidades en la que mi familia cada día es más gallega. Todas mis mujeres son pandereteiras y bailarinas, y yo cada día más argentino, un tanguero hasta la médula… allí siempre fui “El Gallego” y aquí “El Argentino”, ambas cosas “a mucha honra”.
Pero vamos a ver… abogado y ahora me hablas de cantar tango, Rial Picallo de toda la vida!
La música formó parte inseparable de mi vida, siempre canté y compuse, toco además guitarra y piano. Aunque lo cierto, es que nunca soñé con cantar tangos, ni mucho menos con empezar aquí en España. Esta posibilidad es hoy una de las cosas que me hace más feliz, el poder subirme a un escenario y dejar salir ese ser porteño que llevo en la carne, incluso hoy, con mucha más razón, pudiendo compartir escenario con mi pequeña Sofía, quien también heredó el amor a la música y por el teatro.
Déjame que adivine Héctor! A que el tango te fue llegando desde muy chico viviendo en esos barrios porteños y en las localidades bonaerenses que mencionaste
El Tango siempre rondó a mi alrededor, como pibe de barrio que fui y soy. Pero como es de comprender, en casa sonaban otras cosas: Los Gavilanes de España, Joselito, Antonio Molina, Nino Bravo, Julio Iglesias, Camilo Sexto, etc. Lo del Tango, como yo digo siempre, para los de nuestra generación, para la mayoría, era como un poco lejano; pero al igual que el vino (el buen vino), es un placer que se empieza a disfrutar y valorar de maduro, ya de grande; para el Tango y para el vino, hay que estar maduro y permitirse sentir y saborear…
Es una música que nos pinta y nos identifica a los porteños como pocas otras identifican su lugar de origen, quizá el flamenco pueda equipararse en ese sentido, pero ninguna otra música que yo conozca. El Tango me llegó desde chico pero lo miraba de reojo. Me atrapó conduciendo un taxi por las calles porteñas, se me metió en las entrañas ya maduro y floreció definitivamente cuando estaba lejos de mi querida Argentina.
Ese vínculo con el Tango es hoy fuerte, poderoso y cercano, directo al corazón y perdurable en el tiempo. El Tango y yo nos enamoramos y nos elegimos mutuamente, y como todo enamoramiento requiere seducirse y entregarse, fueron años los que llevó el cortejo. A veces los hijos de inmigrantes pensábamos que no teníamos licencia para cantar Tango, para hablar y discutir de Tango, y eso nos alejaba del género creo yo. Después había otros pibes a los que le metían el tango a patadas en sus casas, y al final renegaban por hartazgo, pero unos y otros llevamos el germen por el solo hecho de ser porteños, por patear las calles y por amar Buenos Aires, solo se trata de dejar salir el ángel.
Quieres decir que el cantor latente de tango, vino a florecer en la verde Galicia…
Así es, el Tango me sorprendió ya de grande, sobre los treinta años, que ahora acuso cuarenta y cinco. Se fortaleció cuando emigré, fue aquí en España donde me animé a cantarlo y desde ese mismo día, lo descubro continuamente. Hace unos años, me invitó el Maestro Alejandro Szabo, grandísimo Bandoneonista residente en Galicia, a cantar un Tango en una de sus presentaciones. Y desde que me subí aquel día al escenario ya no pude dejar de cantarlo. Luego con el mismo Maestro más el grandísimo pianista Julio Pereda Suárez y con mi amigo Daniel Rilo, periodista y locutor de radio que tiene su programa de Tango en Radio Obradoiro “Tangos de la esquina Sur”, sumados a la cantante Emilce Rosana, debutamos en Febrero de 2014 con +TANGO, con el que recorrimos toda Galicia.
Y cómo fue ese debut Héctor
El debut fue una de las cosas más bonitas que he vivido a nivel artístico. La emoción es enorme cuando cantas algo tan tuyo, tan lejos de tu tierra. El Tango es por definición una música muy valorada en todo el mundo y muy compleja de interpretar, que requiere más pasión que técnica, y eso es justamente, según humildemente creo, mi diferencia como cantor de tangos, la pasión y la conexión, la entrega y el sentimiento. Luego los habrá líricos o técnicamente impecables, pero creo yo que eso no es propiamente Tango, al menos el Tango que yo quiero.
De hecho, mi hija pequeña Sofía, que como te contaba canta conmigo en los conciertos de “Corazón al Sur” es técnicamente impecable, pero siempre le digo a la nena: “Cariño, no cantes tan bien, dejá salir un desafine desde el alma si te viene, permítete sentir y sacar un alarido contenido desde el corazón cuando te toque la fibra, porque esto es Tango y el Tango es justamente eso”.
Vamos a hacer un repaso por la faceta artística de tu carrera, incluyendo la parte en Argentina…
Como te digo querido Eduardo, he tenido la suerte de hacer muchas cosas a nivel artístico, como actor en telenovelas internacionales y otros programas de la Televisión Argentina. Como cantor de Tangos se me puede ver hoy día con los espectáculos “+Tango” con la compañía de los Maestros Julio Pereda Suarez y Alejandro Szabo y acompañados de Emilce Rosana y Daniel Rilo. Además estoy con “Corazón al Sur”, con mi hija Sofía como invitada. Sigo componiendo en el género melódico y musicalizando algunas poesías de otros autores, incluso pasajes litúrgicos.
¿Y si te pregunto por tangos favoritos para cantarlos tú mismo?
Adiós Nonino me mata, me trae al viejo al escenario… Balada para un Loco, me parece una locura de Tango. Volver, Que me van a hablar de amor, Corazón al Sur, Grisel, Por una cabeza… me pasaría el día sumando Tangos, porque me gustan todos y me gustan también tanto como estos que te cuento, muchos otros que voy descubriendo.
¿Algún sueño por cumplir?
Mi gran sueño sería poder cantar Tangos en mi Buenos Aires querida, cosa que espero ocurra algún día. Mientras tanto espero a que ese sueño se cumpla y me conformo con poder llevar el tango conmigo al mayor número de escenarios posibles de España y Europa.
Vamos a revivir tu actuación en el Teatro Principal de Pontevedra, aquella inolvidable tarde noche de un Octubre ya otoñal, con otros artistas, de la mano de Jorgelina Piana, y ya volveremos a encontrarnos
ENTREVISTA DE EDUARDO ALDISER / PONTEVEDRA, 2019
Lástima que la acústica no es muy buena, no permite apreciar muy bien su voz en este «Barrio de Tango», pero algo se aprecia en la vocalización de Héctor. Es como el dijo en el reportaje que le hiciste y suscribo totalmente:
«Lo del Tango, como yo digo siempre, para los de nuestra generación, para la mayoría, era como un poco lejano; pero al igual que el vino (el buen vino), es un placer que se empieza a disfrutar y valorar de maduro, ya de grande; para el Tango y para el vino, hay que estar maduro y permitirse sentir y saborear…»
Y en sus palabras identifico también mis vivencias. ¡Chapeau, amigo Eduardo, y también Héctor! Tendría que enviarle alguna de mis letras para que la musicalice.
¡Genio del periodismo! amigo Eduardo, capaz de captar en un cuestionario las vivencias que llevaron a Héctor A. Rial a destilar todos los tangos que arrastró en su cuore desde Argentina. Bravo por los dos, y un abrazo tanguero.