Carlos Casellas – Poeta porteño del lunfardo

Nos conocimos en una mesa de café al público, de las que tendía Roque Vega en su programa Así te cuento Buenos Aires – Radio Conexión Abierta, en Argentina. Frente a otro pocillo estaba Rubén Serrano y en un momento pasaron otros amigos, como Marcelo Oliveri. Y quedamos con Carlos Casellas, que estaba con una medialuna de las de Buenos Aires, en volver a encontrarnos en un café…

Porque te presiento Carlos, un muchacho de café, como ese que veías desde tu casa cuando eras chico, o el otro donde tuviste tus primeros encuentros… ¿Volvemos al barrio y los recuerdos aquellos?

 

Querido Eduardo, convengamos que tu presentimiento es válido porque pertenezco a la generación de “la ñata contra el vidrio”, donde el universo cotidiano tenía como límites las cuatro paredes de un café. Nací en el barrio de Montserrat, en una primavera porteña de hace taitantos, para pasar la primera parte de mi niñez en el barrio de Flores, aquel que luego exaltaron Girondo y Dolina, entre otros.

Luego me mudé a la Provincia, al barrio de Malaver, para volver a reconquistar los aires capitalinos, 20 años después, “que veinte años no es nada”, afincándome en mi querido barrio de Coghlan, donde aún resido. He sido pues un típico pibe, “transitador” de amplios paisajes suburbanos, trepado a los árboles más altos, y el picadito barrial y la misa de los domingos y luego las fiestas de quince y aquel primer amor novicio, condenado a morir entre cartas de palabras exaltadas y el garabato de mis primeros versos.

Y fue una noche que nací aquel día,
un octubre de tibia primavera,
Pueyrredón 815, Balvanera,
en un tiempo de azul melancolía;
allá por Flores mi niñez primera,
San Eduardo y Caracas, patria mía,
contra un cielo de breve lejanía,
acunando una luna de arpillera.


Tu paleta de poeta Carlos Casellas  la nutre de colores Buenos Aires, sin dudas creo que eres un porteño integral…

Como escritor me siento esencialmente consustanciado con el espíritu de la ciudad de Buenos Aires. Caminan por mis versos, en puntitas de pie, Carriego y Borges, el negro Celedonio y Julián Centeya, los dos Homeros, Expósito y Manzi, y por supuesto, levantando el estandarte lunfa, autores tales como Horacio Ferrer, Orlando Punzi, Daniel Giribaldi, Carlos de la Púa y tantos otros de los que aún sigo aprendiendo.

Ahora bien, siendo que la ciudad te inspira, por lo que leo en tus poemas en Apenas penas, al ver la lista de tus cantautores favoritos, no encuentro al tango… ¿Será que es un componente que ya está en la sangre y no hay ni que nombrar?

El tango viene conmigo, forma parte indisoluble de mi ADN literario. Si bien es cierto que por una cuestión de edad, el rock nos llevó por delante en pleno desarrollo de la adolescencia, en algún momento de mi vida, de manera casi imperceptible se cumplió la profecía que cotidianamente repetía mi padre, “el tango siempre espera”, de manera tal que poco a poco me fui dejando ganar por el hondo contenido de sus letras y el sonoro lirismo de sus bellísimos compases musicales.

Benditos

Bendito el santoral de la milonga,
los tangos de Gardel y de Lepera,
la grela de Ferrer que sola espera
y el fuelle de Pichuco que rezonga;
el oficio de Copes, meta y ponga,
la magia de San Telmo y Balvanera,
el alma de Darienzo en la trinchera,
la luna suburbial, fula y mistonga.
Bendito Celedonio, mano a mano,
Discépolo (mi hermano),
y el tajo descarriado de tu falda,
el porte musical de la Merello,
la parla de Gobello
y el cruce de Corrientes y Esmeralda.


¿Qué elementos distintos has reunido en tus libros `Oceanario´, `De diluvios y andenes´ y `Llevarás en la piel´… o es un mismo surco con distintas semillas?

Creo que los tres libros comparten una matriz muy similar; yo me defino como un “contador de historias” y elijo como instrumento para contarlas, el género poético, de allí que la diversidad temática de los tres sea muy amplia, lo que permite que quepan en ellos, por un lado sonetos intimistas, (que hablan desde mis sentimientos más personales) como así también versiones lunfas de historias clásicas, biografías de personajes célebres, historias de amores contrariados, cuentos infantiles con connotaciones novedosas.

Así es como desfilan por mis letras, personas y personajes tales como Gardel, Van Gogh, Gauguín, Penélope y Ulises, Adán y Eva, la Cenicienta, Caperucita, Romeo y Julieta, Hamlet, en fin, el listado es interminable y siempre trato de darle a estas historias una vuelta de tuerca, que les aporte un costado original y creativo.

Casablanca

En un feca bacán de Casablanca,
donde cae la mersa más cambusa,
una mina papusa
se para ante el destino y se la banca;
el trompa del café se desbarranca
a cuenta de una pena rantifusa,
parece que la intrusa
fue dueña del amor que lo apalanca.
Después del encamote y el olvido
ella llega del brazo de un marido
que hasta ayer no tenía…
-Ya nada salvaremos del espanto,
ni siquiera París, de lluvia y llanto,
(porque entonces llorabas y llovía)


Ya que antes hablamos del tango, presente en tus versos aunque no lo hagas de manera explícita, ¿Podrías darle forma a lo que se llaman letras tangueras?

Soy muy conciente de la diferencia que existe entre el poema y la canción; sobretodo con el soneto que es lo que mayormente caracteriza mi obra literaria. Si bien en algún punto hay cierto grado de parentesco, debemos convenir que cada expresión se rige por normas muy distintas. A pesar de ello, yo procuro, casi obsesivamente, que mi poesía tenga una marcada cadencia musical y creo que a partir de ese rasgo, la misma es perfectamente “musicable”, de hecho algunos poemas míos has sido musicalizados.


Varios de tus preferidos, Sabina, Serrat… son de por aquí, creo que Casellas puede ser de esta misma Galicia, el País Vasco o hasta del Levante, las Baleares, Cataluña… ¿Qué es España, la que nos dio el idioma, para ti?

Te cuento que mis antepasados son catalanes y vasco-franceses, lo que sumado a mi sangre porteña han hecho de mí lo que soy, una rara mezcla de argentino con saudades europeas. Desde lo literario, España me ha dado principalmente el legado de sus maravillosos escritores, desde mi entrañable Miguel Hernández, pasando luego por tantos otros, Machado, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Campoamor, Espronceda, Bécquer, en fin, el listado sería interminable. El idioma castellano es de una belleza tan luminosa, que en realidad lo raro sería no ser poeta frente a la vastedad maravillosa de sus términos.

Sola
Para Josefina Manresa

Te faltará Miguel cuando te mueras
la dulcísima voz de mi consuelo
para sembrar el ancho de tu suelo
de verdes primaveras,
y faltarán mis prisas costureras,
al alba pesarosa de tu duelo,
hilvanes de la muerte, terciopelo
de espinas y tijeras;
te faltará, Miguel, cuando el verdugo
mezquine tu penúltimo mendrugo,
la sombra de mi flaca compañía,
hambrienta como tú y abandonada
no he de verme Miguel en tu mirada
ni sostendré tu mano con la mía.


Carlos Casellas… no habrá más penas ni olvidos para relacionarnos contigo, seguirás siempre con nosotros, la puerta queda abierta y te digo chau dejando para el final…”Final”

Eduardo ha sido un verdadero disfrute charlar contigo acerca de estas cosas, porque sé que nos unen sensibilidades muy afines. Te agradezco la oportunidad de acercarme a tu afectuosa audiencia y les deseo a ellos y a ti una vida maravillosa, esperando que los “finales” sean siempre pasajeros.

Final
De Carlos Casellas, Poemario Urbano: La Buenos Aires ida.

Llevarás en la piel, libro de poemas del escritor argentino Carlos CasellasEl último viaje del tren de madera
encaró el olvido,
con un traqueteo de pájaro herido
que vuela sin rumbo, con alas de cera;
un túnel de sombras lo cierne y lo espera
en un laberinto de acero fundido,
apenas lo nombra el sordo gemido
de una Buenos Aires menos verdadera.
Aún no se ha ido
y hay algo en el aire de otoño partido,
de tarde de lluvia, de novia primera,
de paloma triste que voló del nido,
de no haber podido
seguir siendo siempre el tren de madera.

ENTREVISTA DE EDUARDO ALDISER – PONTEVEDRA 2012


2 Responses to Carlos Casellas – Poeta porteño del lunfardo

  1. Querido Eduardo, querido Carlos, no quiero me caractericen como vanidoso, aunque no puedo prescindir de considerarme -como si fuésemos los 3 mosqueteros- un miembro de esta cofradía de amigos amantes del tango y el lunfardo: Eduardo, a quien conocí en Madrid cuando un aniversario de 25 de Mayo nos hizo coincidir en la Embajada en Madrid (aunque ahí el nexo fue una Revista) hace ya tantos años en los que casi diariamente nos contactamos vía correo-e además de contadas ocasiones de encuentros personales. Y Carlos con el que también tengo habitual contacto epistolar y tuve la fortuna de conocer hace unos 5 años en la Academia Porteña del Lunfardo; un «tipo macanudo» (no puedo evitar el lenguaje coloquial), gran persona y poeta maravilloso poemas tengo el gusto de incluir en mi Revista Virtual del Lunfardo y el Tango. Si me excedí en el comentario, ruego me perdonen, pero es lo mínimo que puedo expresar por dos amigos por los que siento un gran afecto.