Una fascinante estética del extrañamiento recorre todo el cine de Jacques Tourneur y es la que le otorga sus más inolvidables vibraciones. Esto ocurre, evidentemente, en sus prestigiosas películas adscritas al fantástico pero también en sus incursiones en otros géneros. Hay algo en el tratamiento genérico de Tourneur que hace que sus obras, aun acogiéndose a los rasgos más evidentes del género de que se trate, también, de una forma recóndita, adquieran perfiles muy peculiares, un método y una sensibilidad que las enrarece de una manera muy secreta. Y así acontece en Martín el gaucho (Way of a Gaucho. 1952), un atípico western desarrollado en las enormes tierras de la pampa.