Aunque pasaron los años, siempre nos acordamos de aquel día negro en el Masters de Augusta, EEUU, en 1968, cuando firmó Roberto De Vicenzo la tarjeta de su compañero de recorrido que le había puesto un golpe de más de los pegados.
Si hubiera estado bien confeccionada podría haber disputado el desempate con Bob Goalby. Como no la revisó, perdió esa posibilidad y dijo la frase suya que más se recuerda.
De Vicenzo sabía estar en su salsa
También le debemos a este deportista ejemplar, además del renombre que nos ha dado como país al ganar 230 torneos internacionales de golf, varios “majors” entre ellos, el crear por necesidad la que conocemos como “salsa golf”. No había salsa rosa para servir en un agasajo que preparaban en un campo de golf bonaerense y Roberto De Vicenzo mezcló mayonesa con kétchup.
Roberto De Vicenzo sigue siendo palabra mayor como deportista
Este personaje ejemplar, equiparable por su personalidad a un Juan Manuel Fangio, con quien comparte los lugares destacados entre los deportistas argentinos de mayor trayectoria internacional, ha nacido en Villa Ballester, Partido General San Martín, provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1923. Era un niño cuando comenzó a practicar este juego tan peculiar. Y muy niño aun cuando con diez años jugó su primer torneo. Al ingresar como jugador en el Ranelagh Golf Club de Berazategui, estableció definitivamente su residencia en esa localidad bonaerense.
Roberto De Vicenzo, un deportista modelo
Fue un jugador muy novel y, a su vez, ha pasado a la historia por ganar el Abierto Británico con 44 años, el ganador “mayor” que ha triunfado en este “major”. Era el año 1967 y seguiría jugando aún muchos años, consiguiendo también como “Senior” importantes victorias. Sigue el nombre del argentino Roberto De Vicenzo siendo recordado en el circuito internacional del golf, por el que paseó su señorío. Por eso lo destacamos en esta nota, por eso tuvimos una larga charla con Mario Barrigón, compatriota de la Asociación de Residentes Argentinos en Quito, Ecuador. En ella conveníamos que, aún por encima del triunfo, debemos valorar cómo se lo consigue y cuánto se aporta a la imagen internacional de Argentina. Que ha habido algunos…mejor no recordarlos!
Si le gusta el golf, cuando vaya a Argentina, o por Buenos Aires si es del interior, podrá visitar en Berasategui el Museo del Golf, instalado en una antigua casona… del año en que nació De Vicenzo, 1923, que había pertenecido a la familia de Lucio V. Mansilla. En sí mismo es este gran deportista el que allí es recordado, exhibiéndose todos sus trofeos, palos, gorras, recuerdos. Los dejo, me voy a picar algo… le pondré un poco de salsa golf… gracias Maestro por tanto que aportó a la imagen de Argentina!
TEXTO DE EDUARDO ALDISER – MADRID 2011