El escenario es su vida misma. A Oscar Velasco, nacido en Argentina, lo hemos visto siempre en torno a las tablas teatraleras o los sets de televisión, en su doble rol de actor y director. Por ejemplo, ha sido protagonista de series de gran impacto del gran Alberto Migré y otros autores y productores.
Antes de venirse desde Argentina, había interpretado desde el teatro clásico hasta los autores modernos, argentinos e internacionales. Desde que está en España ha ampliado sus gamas interpretativas, sumándose al mundo del tango, más la labor docente teatral en Madrid, junto a otras actuaciones en la Península Ibérica y trabajos para televisión. Miramos entre bastidores… que en su profesión hay que tener cuidado, asomarse pero no interrumpir… ¡Quien sabe si está haciendo una remake de División Homicidios migreniana, si ensaya el Otelo o se ha vestido de Creonte para la puesta en escena de Antígona! Está en un descanso, lo llevamos al bar que, con un cafecito mediante, un argentino se mete más en la charla de amigos…
¿Qué te parece si nos vamos para tus pagos natales y desde allí comenzamos el recorrido?
Puedo decirte que nací en Coronel Charlone, Partido de General Villegas, en el noroeste de la Provincia de Buenos Aires, en un pequeño campo que tenía mi viejo de donde, cuando tenía diez años, partimos más cerca de la Capital, la Ciudad de El Palomar, en cuyo teatro carpa, a los veinte años, hice mis primeros pinitos con la dirección nada menos que de Tulio Ruffo. Por su recomendación empecé a estudiar teatro con Pedro Asquini, haciendo repertorio, y estudiando filosofía y letras en el antiguo claustro de la calle Independencia.
Por entonces descubrí el Teatro Libre Florencio Sánchez, fundado por don Leónidas Barletta, donde de la mano de Rubén Pesce y Marita Battaglia hice repertorio, desde el clásico universal al sainete porteño. Y no me puedo olvidar de los lunes de tango, dedicados a distintas figuras. Recuerdo el homenaje a Imperio Argentina con la presencia de ella. Había público hasta en los camarines, el teatro era muy pequeño para un homenaje a una figura como ella.
Querido Oscar Velasco… no hay que darte pie para que nos cuentes tus cosas, esas añoranzas de la Capital Federal de Argentina, la vida en esta Madrid capitalina también, tus cosas… que tienes un parlamento fácil…
¡Añorar! Esas dos avenidas… Avenida de Mayo, esa otra de los teatros y muy tanguera, la Avenida Corrientes que nunca duerme, el café después de una función, los primeros tiempos actuando.
Todas las vivencias y experiencias que has ido incorporando a través de maestros como Pedro Asquini, Rubén Pesce, Néstor Raimondi…
Y así pasan las cosas… Hace treinta y tantos años largos estábamos haciendo en el Teatro Latino de Buenos Aires, una revista de don José Ravinovich. Por entonces Jorge Bosso, que es un amigo del alma, me propone que me venga a Madrid. La pelota quedó picando unos años. Pero al final llegamos… y sigo en lo mío, docencia formando actores. Dirijo teatro, lo hago como actor, algo de cine, televisión y publicidad. Más los espectáculos como Voz, Tango, Bandoneón que bien conoces…
¡Claro! Le contamos a nuestros lectores que con tu compañera de cartel en la vida, Iris Iglesias, que es actriz, poetisa y cantante argentina con una destacada trayectoria internacional. Fue la base de ese espectáculo, primero acompañados desde el bandoneón por Efraín Scheinfeld, siempre con Giselle Velasco, esa hija que es una soberbia bailarina y coreógrafa con actuaciones por el mundo, junto al bailarín de flamenco El Álamo, que ha llevado ese arte andaluz al teatro Bloshoi, y presentó sus versiones fusionando el baile sureño con el tango. Incluso se dieron el gusto de llevar el espectáculo a Buenos Aires, con Tito Cartechini en el fuelle, en mayo de 2012. Un reencuentro con muchas de las cosas que nos estás contando. Pero hay facetas tuyas como la producción de Teatro por la Identidad o el teatro infantil…
El ciclo de Teatro por la identidad tuvo mucha repercusión. Una gran experiencia a través de la cual el teatro adquiere su verdadera dimensión cultural y social. Además hemos estrenado años atrás en Madrid Las trapacerías de los comediantes que fue un gran éxito en Buenos Aires, en una puesta de teatro para niños ¡Que es el más difícil! El público infantil es el más exigente. Con esta obra, la historia del teatro a través de la Comedia d’arte, hemos pretendido enseñar al niño a ver y descubrir el teatro, con un gran respeto por este espectador.
Además has tocado palos como el cine y la televisión ¿Tiene que adaptarse mucho un actor o director argentino de teatro?
Me haces recordar que en España he hecho un par de cortos, uno de los cuales fue premiado en Tenerife, algo de televisión y mucha publicidad. Por lo demás nuestra formación en la Argentina fue con textos de origen español. Por lo tanto las diferencias son algunos códigos, que hablan de la nobleza del español o de su formación. El argentino es más libre. Por necesidad se ha acostumbrado a romper con conceptos académicos, que tienen que estar para dar sentido a un final creativo. Me llevo muy bien con los españoles, tengo grandes y leales amigos.
Nos seguiremos encontrando querido Oscar Velasco… antes era más fácil, vivíamos los dos a metros de la Plaza de Galapagar, que está rodeada de cafés y bares… ahora entre Alcalá de Henares y Pontevedra hay un trecho… pero vale la pena recorrerlo para volver la mirada atrás, sin dejar ver hacia adelante y hablar de los proyectos… te dejo que están esperándote las bambalinas… chau…
ENTREVISTA DE EDUARDO ALDISER – MADRID / 2016