Un día, visitando el Diario de Cádiz, buenos amigos, me ofrecieron un alfajor, ya que habían escuchado decir que los argentinos somos muy dados a comer este dulce… tenía delante de mí como unos salamines o chorizos criollos pero envueltos en papeles coloridos. Lo abrí, lo probé y sí, era un dulce, se llamaba Alfajor de Medina Sidonia, o sea de esa provincia de Cádiz, Andalucía, de donde salió una vez Colón para América y también partió el navegante Magallanes.
Les expliqué de nuestros alfajores, de los que les traje dos cajas desde Argentina (Eran los años `80 y no se encontraban muchos productos argentinos en España), Se los llevé y se chupaban los dedos. Elegí dos variedades, los de la ciudad donde he vivido, Rosario, con esos alfajores santafesinos artesanales, bien crocantes y con mucho dulce de leche. Ya la vieja marca que anunciaba Copes en LT2 Radio Splendid, no existía…”Alfajores La Catalana ¡Qué alfajorcito!”. Y les llevé los típicos alfajores de mi provincia de Córdoba. Dos tapas de masa rellenos con dulces de distintas frutas. Mis preferidos son los de dulce de higo.
Empezamos por el alfajor de Medina Sidonia, Cádiz, Andalucía, España
Pero bueno, querrán saber cómo se hace el alfajor asidoniense, o sea de Medina Sidonia que es un producto con Indicación Geográfica Protegida. Pertenece a la tradición árabe y se hace con miel pura de abeja, almendras, avellanas, harina, pan rallado y especias como el cilantro, clavo, matalahuva, ajonjolí y canela. El secreto es encontrar el equilibrio perfecto entre sus ingredientes, para que las especias entren en armonía con la miel y los frutos secos. Desde ya la palabra alfajor “canta” que es árabe como almohada o alcaucil.
¿Qué lo quieren hacer? Apuntando la receta
En esta parte de Andalucía siempre son elaborados de manera artesanal. La miel se calienta y se mezcla con el resto de ingredientes. Una vez obtenida la masa, aún caliente, se le da su particular forma cilíndrica y se corta. Antes de envasar las piezas, estas se pasan por un almíbar y se espolvorean con azúcar y una pizca de canela.
Las piezas pueden ser de diversos pesos, encontrando así alfajores de 50 gramos hasta barras que llegan a pesar un kilo. El reglamento del ´Alfajor de Medina Sidonia´ fue aprobado en 2004 y protege a este producto de posibles imitaciones gracias a la certificación que aparece en su contra etiqueta.
El alfajor de Málaga, Andalucía
Dicho en esto, si haciendo turismo visitan la ciudad de Málaga encontrarán la Calle del Alfajor, bien en el centro antiguo. En la región producen este otro dulce con este nombre, siempre por influencia árabe, pero claro, vete a decirles a los asidonienses que el auténtico alfajor no es el de ellos. Es como discutir si es mejor el alfajor argentino de Córdoba, el de Santa Fe, o el marplatense recubierto con chocolate de esa gran ciudad turística bonaerense. Eso sí, cuando se siguen los rastros, resulta ser que los alfajores también bajaron del barco, pero luego adquirieron la nacionalidad argentina y tuvieron su peculiar manera de adaptarse.
TEXTO DE EDUARDO ALDISER – MADRID 2011