Podría haberlo contado muchos años antes, pero allí estaba, en el baúl de los recuerdos personales. El miércoles 11 de mayo 2016 decidí relatar donde vivieron en Madrid, en distintas épocas, Juan Domingo Perón, su viuda María Estela Martínez, Isabelita, y el dirigente sindical argentino Casildo Herrera.
Lo hice en mis participaciones semanales en el programa Un estilo diferente que realiza Oscar Pedro Juliano, además propietario de la emisora Radio Nueva Argentina FM 88.5 y online, de Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires, Argentina
Eduardo Aldiser – Encuentros de café y añoranzas con Casildo Herrera
Apenas llegué a España en marzo de 1983, un amigo con el que habíamos alquilado un piso en el barrio de Salamanca, me dijo que nos llegáramos a un Vips, también en pleno Salamanca, calle Serrano, que iba a conocer a quien fuera un gran personaje en Argentina. Así conocí a Casildo Herrera, Herreras en realidad, y a su esposa, Delia Carmen Merendo, una bellísima mujer que había sido modelo y secretaria general de AMA, Asociación de Trabajadores de la Moda e Imagen en la Publicidad. Nos situamos en una de esas mesas circulares del VIPS, con el butacón rodeándola. Todavía estaban las áreas para fumadores, y Casildo fue consumiendo uno y otro cigarrillo a lo largo de la charla. Años después, cuando supe de su muerte y me contaron que esa afición al humo le pasó factura, me causó mucha pena.
Casildo Herrero “Se lo juro por mi madre Eduardo, nunca dije `yo me borré´”
Aunque por entonces estaba yo introduciendo en España los juegos computerizados, como en poco tiempo lo fue el Portfolio ABC que luego llevamos también a Buenos Aires, Portfolio La Nación, la profesión no se olvida y le hice algunas preguntas. Casi de entrada le pregunté cómo se le ocurrió decir en Montevideo aquel famoso “Yo me borré”. Lo estoy viendo aún ahora. Se persignó, me tomó la mano y me dijo, mirándome fijamente a los ojos, jurando por la memoria de su madre, que jamás lo había dicho, que fue una creación absoluta con el fin de desprestigiarlo.
Casildo insistió con datos concretos
Contó que aquel 24 de marzo 1976 quería volver a Buenos Aires, fue su primer impulso y costó mucho para disuadirlo, terminando a los pocos días en España. Estaba presidiendo en Montevideo un congreso de los sindicatos americanos desde dos días antes. Pregunté más… se lo hacía en Argentina con una gran fortuna en Suiza ¿De qué vivía en Madrid? Me dijo que recibía tres pensiones o ayudas, uno como ex presidente de la Organización Internacional del Trabajo, la OIT con sede central en Ginebra; otra de la UGT española que equivale a la CGT de Argentina y una tercera le llegaba de los sindicatos mejicanos, los primeros en ayudarle, ya en Montevideo. Era la primavera española de 1983. En la de Argentina salió, seis meses después, electo Raúl Alfonsín y, poco después, supe que Casildo Herrera había vuelto a esa Buenos Aires que tanto extrañaba. Su ostracismo en Madrid se puede comparar al de María Estela Martínez de Perón.
La vida de Casildo Herrera en esos años bravos
Me comentaban Casildo y Delia la vida que hacían en esa etapa final de los años 70 cuando tuvo alta responsabilidad de gobierno, desde la CGT, con quien llamábamos Isabelita en la Presidencia. La vida de todos ellos estaba en peligro y relató cómo cada noche paraban en un hotel distinto, tras hacer varias reservas por la tarde. Que con sus guardaespalda ponían una hora exacta para abrir la puerta a la mañana siguiente… tenían ametralladoras en ambas mesillas de luz, listos para repeler un ataque. Una mañana el jefe de los custodios cometió el error de abrir la puerta antes de hora… ya habían martillado las armas! Coincidíamos que eso no es vida. Muchas de las charlas también fueron en su piso, jugando al dominó
Casildo Herrera, un gran jugador de dominó
Conocí el piso donde vivían de alquiler, en un barrio bien normalito, Santamarca, pegado a la primera circunvalación (única entonces) la M30. Está a un costado de Chamartín, tuvimos nuestras oficinas una década después por allí, a 200 metros. Solíamos ir a visitarlo a Casildo con mi amigo a charlar y jugar al dominó. Su tema central era siempre sobre cuándo podría volver. Tenía un cochecito (Creo que un Ford Fiesta) aparcado en la calle, porque la mayoría de los edificios de cuatro plantas de ese barrio, no tienen garaje subterráneo.
Casildo Herrera y la Quinta 17 de Octubre en el imaginario de los argentinos
Pasaron los meses y aún años. Cada tanto me visitaba algún familiar o amigo, incluso aquellos que habían sido mis clientes en la agencia de publicidad Studio Simeoni de Rosario. Casi todos me pedían ir a conocer la Quinta 17 de Octubre en el barrio Puerta de Hierro, como saliendo para esta Galicia donde vivo ahora. Les llamaba la atención que era un chalet más, como todos los del vecindario. Además de ese recorrido reverencial o por curiosidad de mis amigos, a todos les hacía la prueba del algodón. Les preguntaba cuántos coches tendría y cómo sería la casa donde vivió Casildo Herrera unos años en Madrid. El que menos coches le asignó fueron 7 y la casa era siempre una mansión. Muchas veces nos guiamos por lo que nos cuentan… y nos cuentan lo que nos quieren vender. Esto, al margen de cualquier análisis como sindicalista que se quiera hacer de Casildo. Sí que nos contó que, ya muy cerca del final del gobierno peronista, como dirigente de la CGT y en consulta con la presidenta, habían decidido organizar ellos mismos una huelga, aun estando en el poder. Le pregunté por qué. La respuesta: si no la hacían ellos, la organizaban las bases y podía armarse un gran jaleo.
Por cierto, ahora caigo. Mi colega Oscar Pedro Juliano y Casildo Herrera tienen algo en común, haber nacido en Villa Devoto. Por eso el gremialista pertenecía al sector sindical textil, ya que trabajó en Grafa desde muy joven, que no le quedaba muy lejos de su casa, según me contó.
RELATO EN RADIO Y TEXTO DE EDUARDO ALDISER – PONTEVEDRA 2016