Muchas veces comento sobre figuras argentinas nacidas en el Siglo XIX y que vivieron los años fundacionales de nuestro país del Plata a partir de 1810, diciendo que eran españoles si sus familias habían emigrado desde la Península Ibérica, ya sean sus padres, abuelos, etc. Es que aquel era territorio hispánico y mantenían esa nacionalidad y se les llamaba «criollos» para diferenciarlos de los nacidos en estos territorios europeos de España.
Como elemento de comparación… ¿Qué decimos de los emperadores romanos Adriano, Trajano o Teodosio, lo mismo que Séneca? Que son romanos a secas. Nacieron en Sevilla, los dos primeros, Coca (Segovia) y Córdoba, respectivamente, en el seno de familias de la nobleza o con poder económico de Roma que se instalaron en estas provincias. Nadie puede decir que sean españoles.
Desde cuando existió el Virreinato del Río de la Plata
Nuestros próceres, además, muchos de ellos nacieron en el Virreynato del Alto Perú, ya que el Virreinato del Río de la Plata tuvo una vida efímera, poco más de treinta años, a partir de 1777. Carlos III, el rey Borbón llegado desde Nápoles, ordena su creación el 1 de agosto de 1776 y de manera efectiva se implanta en América del Sur desde el 27 de octubre de 1777. Se segregan así del virreinato peruano las actuales Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay completas más territorios ahora del norte de Chile y partes de Perú.
El primer gobierno criollo de 1810
Como es sabido, el 25 de mayo de 1810 se constituye el gobierno criollo con Cornelio Saavedra a la cabeza. Llamarlo «revolución» es desconocer lo allí ocurrido y los lazos monárquicos que se mantuvieron. Fue una acción de inspiración inglesa, masones mediante, propiciada por las supuestas intenciones de toma efectiva de las colonias americanas por parte de Napoleón Bonaparte. La realidad es que eso era una fantasía creada en las islas británicas, cuando Francia ya estaba en pleno retroceso en su expansión, con España precisamente enfrentada y batallando en su territorio en la llamada «Guerra de la Independencia» (1808-1812).
Sin extendernos, ya Buenos Aires demuestra su hegemonía y deciden aquel gobierno patrio sin la presencia de representantes de muchos territorios virreinales. No debe asombrar que un año después Paraguay se escindiera, formando una nueva república, camino que siguió Uruguay después, más las pérdidas de territorios que ahora son de Bolivia.
La Independencia llega el 9 de Julio de 1816
Recordemos la que verdadera Independencia de Argentina se concreta seis años después, el 9 de julio de 1816, reunidas algunas de las provincias, no todas, en Tucumán, cuando todavía las provincias bolivianas formaban parte del territorio. Y aún tuvieron que pasar seis años más para, en el Congreso Constituyente de 1826 se acuerda nombrar un presidente para el país, elección que recayó en Bernardino Rivadavia. Lo hizo como Presidente de la República de las Provincias Unidas del Río de la Plata y de la Nación Argentina. Convivieron las dos denominaciones durante unos cuantos años, siendo ya pasado la mitad de ese Siglo XIX cuando prevalece definitivamente «República Argentina», por decisión del presidente Santiago Derqui, cordobés, en 1860.
NOTA ELABORADA POR EDUARDO ALDISER / MADRID 2010