Sudacas antes – Inmigrantes argentinos en España

La lectura de Yo, emigrante, libro que compila recuerdos de españoles que viven en Argentina que realizaron la profesora Beatriz Carballo Regueira y la colega locutora Alejandra Busto, ambas hijas de inmigrantes gallegos, nos ha llevado a bucear en el otro sentido, los argentinos emigrados. De distintas notas y comentarios hemos seleccionado partes que aquí pasan a formar un todo, tratando de encontrar las razones del camino emprendido, de la nueva vida encaminada, de las visitas a Argentina con distintas perspectivas de las cosas, de la etiqueta de Sudacas

 

 

El testimonio del psicólogo y comunicador Carlos Trotta

Comenzamos con Carlos Trotta, bonaerense de Pergamino, psicólogo y comunicador, que comenta en su artículo sobre La Diáspora Argentina “Porque también hay que tener en cuenta que atrás quedan muchos lazos, sobre todo los afectivos que son los más difíciles de superar, superación más costosas aún para aquellos que están en edades comprendidas entre la infancia y la juventud, esos lazos afectivos que se manifiestan de forma muy diversa se ven abruptamente cortados lo que produce una conmoción en lo más profundo de la psiquis de quien lo sufre. Y se sufre. Vaya si se sufre”


Qué dijo sobre la emigración argentina Arnoldo Liberman

Su colega, argentino también, Arnoldo Liberman, con muchos libros y artículos escritos en los que el tema de la inmigración / emigración está muy presente, dijo tiempo atrás “El crítico y escritor George Steiner habló alguna vez de nostalgia del absoluto. Creo que de eso se trata. Vivir en el país original es muy parecido a ese estado de absoluto: las mismas costumbres, los mismos códigos, las mismas idiosincrasias, los mismos guiños, el mismo humor. Cuando eso se abandona ya no hay posibilidad real de lograr la misma inserción en la nueva pertenencia. De ahí la nostalgia de lo vivido y sentido”.

Sobre su propia experiencia, Liberman, un emigrado / exiliado con muchos años en España, la pérdida del absoluto no es sin embargo la de “las convicciones religiosas o las ortodoxias ideológicas, sino de algo mucho más cercano, de unas calles donde hemos transitado nuestra infancia, de un colegio donde hemos hecho las primeras letras, de amigos siempre presentes que nos acompañaron en el crecimiento de nuestro mundo interno, de reiterados rituales que matizaron nuestro camino de la vida”. Remata con una frase sobre los enamorados de Alain Finkielkraut, “rehenes de una ausencia”.


Cuando vamos de visita a la Argentina

Y también ha abordado Arnaldo Liberman lo del viaje a la Argentina, “de visita”… “reencontrarnos cada tiempo con ese paraíso perdido, con ese Edén de nuestra esencial identidad, y cuando regresamos a España el tanque de gasolina está otra vez lleno, aunque, ay, sea por poco tiempo”. Dice que el inmigrante “tiene un espacio preferencial y válido que es la memoria. A través de ella, su deambular por la tierra le permite, a través del recuerdo, reconstruir el origen de sus pasos, sin que el pasado se vuelva añoranza imposible y melancólica y sí sólo nostalgia”.


Cómo lo ha vivido la cantante Olga Manzano

La cantante argentina, de Angaco, San Juan, Olga Manzano nos ha recordado su llegada a España junto a su esposo, Manuel Picón, uruguayo “Sí se puede besar el santo después de tanto batacazo y dejar a nuestras familias  desoladas porque nos veníamos ¡tan lejos! Sin saber cuándo nos volveríamos a ver. Y así fue, a mis padres y hermanas las volví a ver casi a los 25 años de estar aquí. Pero sí, tuvimos una  respuesta increíble, espectáculos, discos, recitales, todo era éxito, de lo cual hemos estado siempre muy agradecidos.  Y dos hijos nacidos aquí.  El mayor  venía con nosotros con ocho mesecitos… ¡a la aventura con sus padres!


Esto nos dejó dicho Bibiana degli Esposti

Esta etapa del recorrido por la inmigración argentina en España lo completamos con palabras de la también psicóloga Bibiana degli Esposti, argentina de Santa Fe, retornada y en Santo Tomé ahora mismo, que nos comentó en su artículo Mitos de la inmigración “La palabra sudaca nos daba tanta rabia que nos dio pie para empezar las reivindicaciones, para decir, para pelear y cantar aquello de `No me llames extranjero´.  La palabra sudaca a fuerza de usarse y protestarse pasó a tener un matiz más simpático, lo usábamos nosotros para burlarnos y decirnos…  `pero dale sudaca no te quejés  tanto´ y pasó como pasa siempre que una palabra se pone a rodar, se liman las aristas, se pulen los dolores. Llegué a asistir a un acto en el que una asociación sudamericana le entregó a Jorge Valdano el premio Sudaca de Oro o algo así y hoy se utiliza como un término positivo, como el orgullo de ser sudaca.


…y amplía sobre el tratamiento de Sudaca

«Ese término entonces era casi exclusivo para argentinos, chilenos y uruguayos, porque del resto de Latinoamérica, España no tuvo noticias hasta mucho después. Estoy recordando esto, que a lo mejor hoy por hoy suene antiguo puesto que el habla que antes nos denunciaba, ahora se utiliza y reutiliza por ejemplo en publicidad. ¿Es un modo de integrarnos el poner tantos argentinos en los anuncios publicitarios o es nuevamente una forma de burla? No estoy segura, pero lo seguro es que pasamos a ser una realidad, una existencia en el mapa europeo”.

Y hay más mucho más para recorrer de la experiencia recogida entre inmigrantes argentinos en España y emigrados españoles a la Argentina, que tanto monta, monta tanto.

Recordaré los versos de don Héctor Gagliardi que, cuando los recité años atrás en el Bar La Paloma de Pontevedra, destaqué en la introducción que es un canto a la relación en Argentina entre los pueblos inmigrantes que nos poblaron desde finales del SigloXIX. Además fue un saludo a mis amigos judíos en Rosario y Buenos Aires, más los que conocí aquí, sefaradíes orgullosos de su origen

EDICIÓN Y RECITADO DE EDUARDO ALDISER – PONTEVEDRA 2024