Cuando llegué a España supe de él por el fútbol. Tras ser jugador en varios equipos de la liga española, siguió en los banquillos como fisioterapeuta. Desde siempre, en Argentina, ha gustado de la música y cantar. Eso también continuó cuando retornó a su tierra natal. Así es José Antonio Aramayo Lazcano
Empezamos en esta, tu tierra, para que nos cuentes de dónde eres José Antonio…
Nací en Ondarroa, Vizcaya y con mis padres emigramos para Argentina en el año 1948. Yo tenía solo cuatro años. Allí, me crie en el Centro Vasco de La Plata, donde residí veinte años. Aparte de trabajar, me dediqué a jugar de portero, haciendo mis pinitos en Estudiantes, Deportivo La Plata, jugando con la selección de la Capital de la Provincia de Buenos Aires, y en el Atenas.
Ya nos llevaste a La Plata… dime, ¿Allí también te iba lo de la música?
Sí. Lo de bombisto en conjuntos folklóricos viene porque nací con bastante oído, y de tanto escuchar, se me quedó. También la batería.
¿Qué recuerdos te trae mi Argentina?
Debo decirte que gracias a la Argentina, podemos los emigrantes estar orgullosos de ese país y de la gente que la habita. Nos abrieron los brazos y se portaron con nosotros de una forma admirable. Todavía tengo dos hermanos en La Plata, cuatro sobrinos, y cuatro sobrinos nietos, de los cuales estoy orgulloso.
Me imagino tus años de purrete y adolescente en el Centro Vasco…
De mis años en el Centro Vasco Eusko Etxea de La Plata, donde mis padres fueron bufeteros muchos años, guardo sensacionales recuerdos. Allí nos juntábamos muchos vascos también emigrantes, y recuerdo que para San Fermín venían dos acordeonistas, y yo les acompañaba con una silla y dos tenedores, dándole al paso doble, dejando a la silla toda marcada. Con ellos debuté como baterista con nueve años, en un baile oficial, de un pueblo. Como el Centro tenía un frontón, jugábamos todo el día a la pelota paleta. Quedé campeón infantil platense. Jaja…no es mucho, pero es algo!. Y era dantzari de folclore vasco.
¿Y el niño Aramayo Lazcano, como dicen los maestros allá, en la escuela?
De los colegios te diré que iba solo a los recreos Jajajajaja!! Estudié en el Colegio San José, los Salesianos, y allí me tiraba de arquero como fiera en el patio de cemento. Como no era buen estudiante los curas me castigaban sin jugar con los de la clase, y de vez en cuando una patadita en el culo, para que espabilara. Estas cosas creo que nos pasaron a todos. Luego estuve en la Escuela Nº 4 de las calles 12 y 60, terminando mi vida de estudiante en la Escuela Industrial, hasta que me vine para España.
Vamos a entrar en tu faceta como futbolista y fisioterapeuta…
Al futbol empecé en la quinta del Club Estudiantes de La Plata, luego jugué en la Liga Amateur Platense, jugando con su selección. Seguí haciéndolo en Deportivo La Plata, luego en el Club Atenas, y ya con 23 años, me embarqué para la aventura de Europa.
Hablemos entonces de tu etapa como portero o arquero, como decimos en Argentina, por los campos de fútbol españoles… también como fisioterapeuta…
Volví para mi tierra a buscar fortuna, la verdad ¡hice poca!. Me enrolé en el Deportivo Alavés, estando dos temporadas. Luego fiché por el Mirandés otros dos años. En ese momento se habló del interés del Real Madrid por mí, pero no se hizo. Pasé al Real Valladolid también dos temporadas, luego al Almería, y terminé mi carrera en activo en el Rayo Vallecano, tras dos temporadas.
Pero fuiste previsor Joseba, sabiendo que la vida del futbolista es corta…
Así es, me dediqué a la fisioterapia, estando dos años en el Deportivo de La Coruña, y luego al Real Valladolid, donde me entregué en cuerpo y alma, durante 32 años. Hoy estoy jubilado, y muy agradecido a esta ciudad, que me acogió de maravilla, tanto a mí, como a mi familia. Tengo a Rosa mi compañera infatigable, Iker mi hijo mayor, Joseba el menor. Y dos nietos que me hacen caer la baba. Ekain e Ibai. Sigo relacionado con el Real Valladolid, porque no se pueden olvidar tantas vivencias de golpe, y por lo menos estando con el equipo, dando los ánimos que pueda.
Dime, ¿Podemos en la recorrida futbolística recordar a técnicos con los que has jugado o trabajado en la parte técnica?
Claro que sí. Dejé de jugar en 1976, en el Rayo Vallecano. Alfredo Distéfano fue entrenador mío esas dos temporadas. También había tenido a Puskas en el Alavés, la temporada, 69-70. Ya como masajista, a Luis Suárez en el Depor de La Coruña. Aquí, en el Real Valladolid el rosarino y chileno Vicente Cantatore, Pancho Ferraro, Héctor Nuñez, el colombiano Pacho Maturana, el actual entrenador del Real Madrid, Rafa Benítez, de todos guardo muy buenos recuerdos.
Dices bien lo de rosarino de Cantatore, le hacíamos la publicidad a un pariente suyo en la Cuna de la Bandera, José Antonio. Pero hay más para contar de ti. Me dijo un pajarito que nunca te olvidaste de tu otra pasión, la música. Y en qué ha derivado todo esto…
Que en 2013 integramos un conjunto que sigue vigente y actuando en muchos lugares, El Baúl del Indiano que, como dice la presentación del grupo, tiene un solo indiano, que soy yo, Jaja!
Digamos a los lectores argentinos que se les llaman indianos en España a los emigrados que vuelven de las Américas, y es tu caso, claro.
Así es. Yo hago la percusión en El Baúl del Indiano. Y están Toño Redondo y Sebi Blanco que hacen cuerdas, viento y cantan. Carlos Negrín también canta y hace cuerdas, como Miguel Ángel Zúmel. Carlos Miguel toca instrumentos de viento y canta también. Colaboran en muchas presentaciones Carlos Negrín López y Merche Jiménez.
¿Qué música realizan José Antonio Aramayo?
Es un recorrido por todos los folklores americanos. En El Baúl del Indiano cabe todo. Refleja lo que ocurre con los que volvemos, que nos traemos las canciones de allá.
Por lo tanto, podríamos decir que son como viajes por Iberoamérica…
Uno de nuestros espectáculos se plantea precisamente así. Tenemos otro repertorio para cuando llega la fiesta de Navidad, cantando los villancicos y temas americanos que allí se interpretan en las iglesias y reuniones familiares. Además, como con el mismo Colón llegó la producción de vino, hemos hecho un show músico-enológico que realizamos en fiestas de la vendimia de Castilla-León y donde nos contraten, también, contando en canciones cómo se vive la cultura del vino allá.
Qué hermosa recorrida por toda una vida de fútbol, canto y música querido amigo José Antonio Aramayo, Joseba, tan ondarrés como platense… y por qué no, vallisoletano. Qué mejor que dejarte tocando con tus amigos de El Baúl del Indiano un momento de Labrador de sueños
ENTREVISTA DE EDUARDO ALDISER – PONTEVEDRA 2014