Y hasta Castellanos, la cafetería de Calle Colón, en Vigo, nos vamos. Estamos citados con Enrique Migliarini, Quique a todos los efectos, argentino, odontólogo y también cantor de tango en esta Galicia de las Rías Baixas
Un gusto encontrarme contigo Quique. Te escucho y siento el acento porteño, pero ya eres todo un vigués con tus muchos años de estancia por aquí…
Te cuento Eduardo, un amigo de la facultad, tenía familia en Vigo, y me trajo los papeles académicos para homologar en España, “por si las moscas”, y así empezó la historia
Por un rato dejamos esta coqueta cafetería, con unas magdalenas sublimes, y nos vamos a un bar porteño… en la Capital Federal, la Buenos Aires querida. Pero ¿De qué barrio es ese bar?… y aquellas escuelas cercanas
Querido Eduardo, estamos en el bar “Los laureles”, símbolo del tango y la bohemia en Barracas, mi barrio. De chico jugábamos en la calle con mis hermanos y amigos, hacíamos pelotas de trapo con calcetines viejos, íbamos a La Bombonera, comprábamos unas pizzas gordas de un tano entrañable, en la calle Iriarte. Y el recuerdo maravilloso de mis colegios, Cardenal Cisneros y Fray Luis Beltrán, en la primaria, y Joaquín V. González, en la secundaria
Claro…. Barracas, casi que el tango te viene marcado en el orillo, como decía Sudamtex…
Mis viejos, siempre fueron muy tangueros, mi vieja fue profesora de piano, y llego a ser concertista de jovencita, pero tenía que trabajar, y luego al casarse con papá, y empezar a venir los hijos, aparcó la música a nivel profesional, pero siempre en el comedor de casa me acompañaba maravillosamente, para cantar los tangos que más me gustaban, por ejemplo María o Y todavía te quiero…
…de Leocata y Aznar… Y esta profesión que has estudiado y a la que te dedicas ¿La ejerciste también en Argentina?
Si, te cuento Eduardo que mi viejo, era odontólogo ortodoncista, una especialidad en la que se alinean los dientes. Además profesor de la facultad. Mi hermana también siguió sus pasos. A mí me gustaba la medicina en general, pero me decidí también por la odontología, como homenaje a Papá. Trabajé poco en Argentina, en un consultorio en el centro, en el de casa de toda la vida, y en dos cátedras de la facultad, ortodoncia y operatoria dental.
Háblanos de tu clínica en Vigo, cómo te hiciste conocer, la relación con las familias gallegas de esta ciudad portuaria española…
Los primeros tiempos siempre son difíciles para todos, pero cuando tenés ganas y voluntad se sale adelante. Con la gente en Galicia me llevo bastante bien. Como bien sabes, casi todo el mundo tiene o tuvo familia en Argentina, y esta situación fomenta mucho la buena onda. Mi primer consultorio era pequeño, trabajaba para otra gente. Luego al acceder a los papeles, y al dedicarme a ortodoncia, como el querido viejo, colaboro en varias clínicas de compañeros y amigos
Cuando terminan las horas de atención del dentista, Quique ¿Continúa el contacto con vigueses? ¿Participan en tu otra vocación, el tango?
Si, la verdad que mis amigos son de todas partes, siempre que pueden me van a ver actuar, tengo la satisfacción de haber “enganchado” a muchos vigueses al tango. Y cada tanto a Buenos Aires, al reencuentro con amigos, a grabar más tangos con Hugo Rivas, su viola y su conjunto…
Siempre que puedo me mando una escapadita para casa, de pocos días, donde le doy una alegría a la “viejita”, que este año cumple los 90, a mis hermanos, a los amigos que alcanzo a ver. Y desde luego, a cantar a algún boliche, y grabar, lo que tenga pendiente, como el nuevo disco con Hugo Rivas, que es uno de los mejores guitarristas actuales, disco del que, si te parece, charlaremos más adelante, cuando lo presentemos en Vigo
Me parece muy bien… y ya que mencionaste a Vigo ¿Les contamos Dr. Migliarini a nuestros lectores de allá, en Argentina, cómo es esta ciudad, en sí misma muy peculiar?
Pienso sinceramente, que Vigo, le encantaría a la mayoría de los argentinos, porque tiene mar, un puerto grandioso, playa, montaña, se come bárbaro, y la gente es muy noble. Y además, es el primer puerto europeo donde desembarcó Carlitos Gardel
Vamos a pedir otra ronda de magdalenas… yo repito otra taza de té, tú el café… aquí cerramos esta parte tuya como odontólogo y porteño medio vigués, te pido elijas un tango para cerrar la entrevista contigo cantando, que sacando un molar no sería tan atractivo creo…
Querido amigo, pienso que ya que recordé al Zorzal, nos vayamos al hotel Universal
Hasta el próximo encuentro querido Quique Migliarini…
Cuando quieras Eduardo, fue un placer… aquí les dejo unos tangos que canto mientras comento la estancia, en 1923, de Carlos Gardel en el Hotel Universal de Vigo, justo entonces frente al muelle donde atracaban los barcos de pasajeros
ENTREVISTA Y VÍDEO DE EDUARDO ALDISER – VIGO 2015
Muy buena entrevista. De profundo color de tango y recuerdos de nuestro Buenos Aires querido hermanado con la hermosa ciudad de Vigo.